Primero fue el Malaspina, y el lunes pasado se pasaba por Santander el barco de la Armada A-33 Hespérides. Era visitable entre las cuatro y las ocho de la tarde, de modo que un servidor llevó su Clio a pasar la ITV y tras superarla como un campeón encaminamos nuestros pasos al puerto para echarle una ojeada al buque, discreto como pocos con ese casco de color naranjito.
Este se dedica sobre todo a labores oceanográficas y, ya puestos, se pasan por la Antártida para llevar provisiones y combustible a los cientÃficos que están currando allÃ. Por si no lo sabÃais tenemos hasta una base en la Antártida), cágate lorito. Será por eso que le han colocado un escudo con un pingüino rampante en una de las chimeneas.
Al ser de mayor tamaño que el Malaspina dio para una visita más entretenida. Subes la pasarela, das unas vueltas por el interior y apareces en el puente de mando. Desde abajo no lo aprecias pero hay que ver lo alto que parece aquello.
Un miembro de la tripulación estaba explicando las funciones del barco por el mundo adelante, lo mismo desarrollan tareas de oceanografÃa en la costa española como se van al polo sur a muchos grados bajo cero, intentando navegar entre los trenes de borrascas que se dan por allá abajo. Ganas daban de pedir alojamiento porque seguramente vean unos paisajes y una de bichos que para alguien pegado a una cámara como yo serÃa el summum. Claro que también llegado el invierno soy de lo más propenso a resfriados, catarros, bronquitis y demás, asà que asomar la jeta cuando fuera tienes una sensación térmica de -30ºC no sé si serÃa muy recomendable para mi salud.
Salimos del puente y pasamos por la sala de oficiales, que supongo será donde pasen la mayor parte del tiempo libre mientras andan por la parte baja del planeta. Aquà se está calentito, hay una tele para ver los partidos de la selección española mientras que fuera hace un frÃo que te pelas y a los pingüinos no parece gustarles mucho el fúrbol.
A popa tienen una pequeña cubierta negra con pinta de helipuerto. Aunque por tamaño no me lo parecÃa (es bastante pequeñito), las vallas y el mástil son abatibles con el mismo sistema que el helipuerto del buque Castilla asà que suponÃa que esto serÃa para lo mismo. Una ojeada a otras imágenes del barco que encontré en Google me lo confirmó, aquà a veces llevan un helicóptero chiquitito de este estilo.
Esta vez tuvimos buen tiempo y hubo bastantes más vistantes que con el Malaspina, poco a poco llegaba un reguero continuo de gente con ganas de subir al barco. Antes de hacerlo toca dejar bolsos, mochilas y paraguas en esas mesas de abajo, junto a la escalera. Fijaros que no cabÃa nada más, señal de bastantes visitas. Y cada vez me gusta más esto de ver el mundo desde lo alto…
Concluido el paseo por el interior del barco volvà al muelle e hice lo que no vi hacer a nadie más: acercarme a la popa a ver cómo es por detrás, que la foto más tÃpica suelen ser las de proa como la primera de la entrada pero desde detrás también se puede sacar una vista maja. Siempre y cuando no te coloquen un contenedor ahà a la derecha, claro.
Mira tú por donde no hace nada que hablaba del barco de Santander BahÃa Tours y justo hoy me los encuentro dando un paseo por la BahÃa. Me preguntaba el otro dÃa cuándo empezarÃan con los tours marÃtimos. Pues pregunta respondida: ya mismo.