El año pasado se pudo visitar el buque Cantabria de la Armada Española, que se pasó por Santander del 11 al 14 de septiembre coincidiendo con el mundial de vela (véase relato del acontecimiento en parte 1 y parte 2). Este año no hay mundial pero sà que vienen barquitos, el primero en llegar ha sido el buque hidrográfico A-31 Malaspina que estuvo amarrado junto a la Comandancia de Marina el fin de semana pasado.
Pese al mal tiempo, brumoso y con lluvia fina, allá fuimos a echarle una ojeda. Evidentemente no es el buque Cantabria del año pasado, este tiene un tamaño mucho más reducido (58 metros de eslora) y se visitaba bien rapidito. Primero nos enseñaron a proa una muestra de los aparatos que llevan para cartografiar el fondo marino, junto con unas imágenes de un barco hundido, luego pasamos al puente de mando y allà otra explicación de los ordenadores que gestionan los datos obtenidos con los aparatos anteriores. Como a mi estas cosas me encantan, por allà andaba atento a todos los mandos, paneles, botones y demás.
Eso sÃ, cuando vi el interior de un rack (ese armario para almacenar servidores, cables, conexiones, etc) casi me da un ataque de repelús. Habiendo trabajado con cosas de estas y me gustaba dejar todo bien curiosito y presentable, fue ver esa maraña de cables y ganas me daban de pedir un destornillador, unas bridas y en un cuarto de hora os dejo esto como los chorros del oro. Maniático que es uno…
Sales por la otra puerta del puente de mando y te dirigen ya a la escalerilla de salida, ni se pasa por la popa ni por el interior del barco. Aún asà me desvié ligeramente para echar una ojeada a los dos cañones de 20mm que habÃa tras el puente de mando, otros trastos que también interesa ver.
Ya que la visita se hizo francamente corta bien podÃan habernos hecho una demostración de tiro al blanco con los barquitos de la bahÃa o largándole pepinazos a las pelotillas del Centro BotÃn, que aunque no se vea es lo que quedaba justo al fondo. No por nada, es que estas cosa que hacen ruido y destrozo a la vez suelen ser muy del agrado del populacho (entre el que me incluyo, claro).
Esta semana (creo) vendrá el A-33 Hespérides y también se podrá visitar, aunque el plato fuerte será el buque de asalto anfibio «Castilla» que pasará por la ciudad a principios de julio. Enorme de tamaño, con un montón de material y hasta helicópteros (espero), ese sà que no me lo pierdo ni de broma.