Visitando el Fluviarium (II)

En la primera entrada que dediqué a la visita al Fluviarium tocó ver sobre todo el edificio y la exposición. Ahora pasamos a lo que más me interesaba, el bicherío y especialmente las nutrias. Bueno, nutrias no, nutria a secas porque sólo tenían una que además no es ibérica sino asiática, de tamaño bastante menor que las autóctonas. Da igual, a mi es una especie que me encanta. Tiene una acuario-piscina de unos cuatro metros de ancho y uno de fondo, conectado a una parte exterior seca que parece el borde de un río. La nutria estaba por fuera pero en cuanto vio aparecer al cuidador con la comida fue como si se le hubieran conectado el turbo, madre mía, qué bicho más hiperactivo. Saltaba, se tiraba al agua, salía, trepaba, un gustazo verla correr de acá para allá.
Nutria esperando comida
Acabado el papeo, se fue para fuera a echarse la siesta al sol. Será una nutria asiática, pero las costumbres españolas las tiene totalmente asimiladas.
Nutria durmiendo la siesta
La planta baja del Fluviarium está repleta de acuarios, piscinas y peceras donde ver animalitos acuáticos. Había una anguila descansando tranquilamente bajo un tronco sumergido. Quien pudiera echarle mano y hacerla frita con pimientos… si, lo sé, es un poco bruto pero qué le vamos a hacer si están de rechupete.
Anguila
Otro acuario grande, lleno de esturiones y peces-gato. Este es un esturión, con su característico bigotito de cuatro pelos. Los peces-gato también los tienen, pero además le salen otro par mucho más largos por los lados, como las antenas de las langostas.
Un pescadito
El primero es un esturión, el del fondo no sé qué sería pero pez-gato no es, por la pinta casi estoy por decir que es un salmón.
Dos pescaditos
Esta sí que es una cola de esturión, curioso ver cómo es mitad oscuro, mitad claro y lleno de rombos por los laterales. Incluso la cola es interesante, si os fijáis en la foto, el final del pez es como si fuera una serpiente y la cola parece hecha de líneas.
Cola de pescadito
Aunque hay más acuarios voy a poner sólo uno más, el de las tortugas. En cuanto me acercaba allá venían unas cuántas, supongo que a ver si caía algo de comer o por si era fotógrafo el «Hola» en versión tortuguesa, porque para contemplar lo guapo que soy ya os aseguro que no era.
Muchas tortugas
Así que aproveché, teníendolas todas a mi disposición e interesadas en ser retratadas, para sacar unos cuantos primeros planos y aumentar la colección de bichos varios. Fijaros cómo posa la condenada, qué actitud, qué ademán con la cabeza…
Una tortuga
Antes de despedirme vamos a ver algo que me dejó alucinado: lo que parecían ser los filtros de las piscinas. Tres cubículos por donde pasaba el agua, el primero lleno de algo que parecían ser tubos de plástico cortados en trocitos. El segundo está lleno de, atención,… «biosportes», unas piezas que también se usan en las depuradoras y conocía gracias a seguir leyendo La Voz de Galicia. El último depósito está lleno de conchas, me imagino que para añadir algún mineral al agua de los acuarios. Alta tecnología no parece, pero mira, si funciona no seré yo quien ponga pegas.
Filtros de los acuarios

Deja una respuesta


Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.Más información sobre las cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies