Y cuando ya estaba uno emocionado con los primeros rayitos de sol, cuando aparecÃan por fin esos dÃas de sol que no veas cómo agradece el cuerpo, cuando la gente se echaba en masa a pasear por la ciudad, va y se nos presenta sin avisar otra borrasca de las de mucha lluvia y nieve casi al borde del mar. Nuevo cambio de chip, vuelve a guardar la ropita ligera en el armario y desenfunda nuevamente el anorak, la bufanda y los guantes.
Venga, porfa, el que organiza el clima que nos mande ya la primavera que todo el mundo está con ganas de veranillo y buen tiempo.
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