Cantabria Fashion Week

Tras el adelanto de ayer ya sabíais que me tocaba ejercer de fotógrafo consorte en la Santander Fashion Week, desfile de moda de dos días de duración (realmente eran tardes-noches porque el evento empezaba a las ocho) así que primero tocó el día uno y luego el día dos, calladito, con buena cara y sin rechistar. Qué bonito es pasar meneando la acreditación por delante de tooooooooooooooooooda la fila de gente esperando para entrar y hala, p’adentro mientras los demás siguen esperando. Lo sé, soy muy mala persona, soy un bicho, ya me lo decía mi abuela. Para una cosa que tenía razón no vamos a llevarle la contraria y menos ahora que no está por aquí para darme una colleja.

Bien, segunda jornada dedicada a los modelos infantiles, ropa interior, un par de ropa normal y otra de bañadores. Nada especialmente estrambótico, nada especialmente espectacular salvo un par de trajes. Este era uno de ellos y lo más llamativo, la cola.

Al pavo real que la donó seguro que no le hizo mucha gracia pero su opinión creo que cuenta poco. ¿Lo mejor? Sin duda los niños. Desfilaron unos cuántos de corta edad, salían a la pasarela solos frente al público y había de todo: desde el que hacía el recorrido sin problemas al que no sabía qué hacer, al que se arrepintió y se dio la vuelta o el que iba con una cara de susto que no veas. La mejor de todas fue esta niña. Salió como si fuera lo más normal del mundo, desfiló perfectamente tan tranquila y con una cara de «chincha, rabiña, yo tengo globo y tú no» que te meabas de risa.

Luego hartón de ver desfilar a mujeres en paños menores. Las modelos creo que eran de una agencia de aquí y había de todo, desde la que se le notaban pocas ganas y desfilaba a reacción, casi sin pararse ni posar frente a los fotógrafos, hasta la que podrías sacar una foto a cada paso que daba por la soltura y pose que tenía como pasaba con esta chica. Una vez que se paraba al final de la pasarela posaba, miraba de reojillo a las cámaras, cambiaba de posición, daba igual cómo apretaras el botón que seguro salía una foto buena.

Rancho aparte era la iluminación de la pasarela. Un verdadero espanto. Cuando llegué y me comentaron que no se podía usar flash «no sea que deslumbremos a alguna modelo y se caiga de la pasarela» (palabrita que eso mismo me dijeron) casi se me caen los huevos a mi… ¿comoooorrrlll? ¿Y qué fotos vamos a sacar sin flash, sabiendo que la pasarela la iluminan con focos desde arriba y eso lo llena todo de sombras espantosas? Fijaros qué monada de sombras en la cara y cuello…

Por lo menos en otros desfiles ponen un foco frontal para eliminar esas sombras. Aquí, las ganas. Otro problemilla, al ser focos colocados sobre la pasarela que iluminaban una zona muy concreta, si la modelo estaba entre foco y foco aún tenía un pase, pero cuando pasaba justo bajo uno de los focos, como aquí, foto perfecta y modelo sobreexpuesta. Hala, a ráfagas y lo que podías solucionar con doscientas fotos se transforman en setecientas.

Al final de la pasarela, que es dónde posaban las modelos, no había foco. Modelo posando con luz cenital y trasera, sin flash, yo lo siento pero para mi eso es imposible. Menos mal que se pueden editar y arreglar algo, que en la época analógica ésto sería para morirse del susto. Por suerte, cuando alguna de las chicas paraba un metro antes de lo normal clavabas la foto excepto algún detalle (el hombro izquierdo), fijaros cómo se nota el chorro de luz viniendo de arriba.

También hay que tener especialísimo cuidado con algunas fotos. Si llego a meter la gamba y ésta sale mal, la parienta me mata.

Lo mismo para ésta otra. Menuda cara de alegría llevaba la modelo, no todos los días te ponen a desfilar con Mister Universo ligerito de ropa.

Resumiendo: desfile muy entretenido, interesante, bien hecho, lástima del asunto lumínico que consiguió que un tercio de las fotos sean para tirar, un tercio para olvidar y un tercio para pelearme duramente con ellas, cuando de otros desfiles como el de Lucio Herrezuelo en La Magdalena salen un porcentaje enorme de fotos más que aprovechables. A ver si para la siguiente hay más suerte.