El mismo dÃa que pasé por el Faro de San Emeterio acabamos, como no, en lo alto de un monte desde donde hay unas vistas preciosas de la costa asturiana.
Ese trocito de litoral entre Cantabria y Llanes es muy curioso, parece hecho de piedras enormes con prado en la parte superior y cuevas en la parte de abajo. Hay una playa que precisamente es muy conocida por eso, si junto ganas dentro de unos dÃas saldrá una entrada con bastantes fotos porque el lugar lo merece.
También hay calas más pequeñas y tranquilas donde tomar el sol en caso de que lo hubiera o hubiese. Ese dÃa amaneció despejado, a media tarde se nubló y empezó a hacer algo de fresquito y por la noche acabó lloviendo, cosa nada extraña por el norte.
Fijaros qué pedazo peñón sobresaliendo de la costa. ¿Se notan dos puntitos mÃnimos en la parte superior?
Pues sÃ, dos pescadores, que de estos hay en todos lados. Los vimos llegar acompañados por otra chica, se fueron al acantilado y desde allà a pescar se ha dicho. Tengo que reconocer que los admiro, yo no podrÃa. Con lo patoso que soy, a la tercera vez que lanzara el sedal iba yo detrás asà que mejor me abstengo de practicar porque llegadas ciertas edades el médico te desaconseja totalmente caer al mar desde cincuenta metros de altura.