Hace tiempo, en la entrada «Atando cabos» os contaba cómo de rebote habÃa conseguido adivinar de quién era un busto que habÃa junto a la carretera yendo por Cabuérniga.
Pues bien, ese «de quien era» en tiempo pasado adquiere un sentido mucho más real ya que ahora hay pedestal, pero no busto.
Pasamos a su lado mientras volvÃamos a casa tras pasar el sábado en el hayedo del Saja-Nansa. Eché una reojada y coño, ahà falta algo… paré, media vuelta, bajé a echar una miradita y era evidente que sÃ, que faltaba. ¿Pero quien se habrá llevado el busto de Augusto González de Linares? ¿Un admirador? ¿Un chatarrero? ¿Será para admirarlo en la intimidad de un hogar o para venderlo al peso? Anda que como empiecen a robar estatuas, con todas las que hay por ahà sueltas os váis a aburrir de ver entradas tituladas «Un pedestal vacÃo».