Santander tendrá todo lo que queráis, pero la arquitectura no es su punto fuerte. En cambio donde menos te lo esperas de Bilbao aparecen unos edifcios de lo más llamativos, será por eso que me pirra callejear por allÃ. La última vez que estuve se me ocurrió recorrer la calle Hurtado de Amézaga que va paralela a la estación de Renfe. Además de un montón de comercios chinos, que hay que ver cómo están colonizando aquello, encontré el Teatro Campos ElÃseos con una fachada de lo más trabajada con esa forma de herradura. Dado que estoy en formato semivago ni la cámara me habÃa llevado, sólo el móvil nuevo. No cabÃa toda la fachada por las buenas, de modo que puse la cámara en modo panorámica y sÃ, entra todo. Un poco torcido y distorsionado pero menos da una piedra.
Eso del móvil nuevo tiene su miga. Hasta ahora tenÃa un móvil chinorri total, un Huawei Y300 cuya caracterÃstica fundamental y más deseada por mi es que su tamaño permitÃa llevarlo cómodamente en el bolsillo. Curiosa marca, no habÃa oido hablar de ella hasta que me compré uno de sus móviles por nueve euros y mira, he de reconocer que me sorprendió lo bien que tiraba y lo resistente que era para lo que me habÃa costado. Un par de años después me cambié al Y300 aprovechando unas rebajas. Dos años tenÃa el angelito y se le notaba ya una ligera pérdida de rendimiento pero como lo usaba para llamar cuatro veces al mes, para sacar fotos cuando no llevaba mi Nikon encima y para orientarme con el Google Maps cuando finalmente estaba perdido del todo, me servÃa de sobra aunque la cámara era bastante reguleras. Una mañana veo que los de Amazón ponen el Huawei Honor 3C, mucho más potente, por 99 euros. Ni me lo pensé, pillé uno a toda mecha. El Y300 lo vendà por eBay y el nuevo me está dejando alucinado con lo bien que va y las fotos que saca, mil veces mejores que el anterior. La jodienda es que con un pantallón de cinco pulgadas no me cabe en el bolsillo, cachis la mar, no se puede tener todo en esta vida…