Seguimos ruta por el Cabildo de Arriba caminando por la Calle Alta a ver qué encontramos de interés. Lo primero un hueco entre los edificios por el que se ve el mismÃsimo ayuntamiento y el resto de calles posteriores distribuidas cuesta tras cuesta hasta General Dávila.
Una casa, una puerta, un mosaico de azulejos en la pared.
No sé de quien será, no sé porqué estará ahÃ, el caso es que me recordaba bastante algunos cuadros que habÃa visto en Galicia. ¿Los de Laxeiro, pueden ser?
Justo enfrente un grafitti más colorido y más llamativo. Menuda calle, como siga asà podrÃan montar un museo al aire libre. Claro que como se entere el ayuntamiento igual cobra por pasear por aquÃ.
Un edificio oficial del Gobierno de Cantabria, concretamente de la ConsejerÃa de obras públicas y vivienda, adornado con azulejos de arriba a abajo.
Dentro de lo que cabe no son especialmente espantosos. No son como los de la barra del Solórzano, por ejemplo, pero para la fachada de mi casa francamente no los querrÃa.
Y llegamos al edificio de los juzgados, que hace esquina con la calle MarÃa EgipcÃaca, que para quien no lo sepa era una santa también llamada «MarÃa de Egipto». Tras una vida de prostitución se retiró al desierto para vivir como una asceta y es venerada como patrona de las mujeres penitentes. Si pillan la historia los de Jolibud igual hacen una pelÃcula. Eso sÃ, con muchos tiros y muchos efectos especiales que es lo que vende.
Por la zona, mucho edificio hecho polvo, ruinosos, fachadas que dan pena, portales cerrados con candados… y el Camino de Santiago, claro, eso que no falte.
Otro más, la tÃpica tienda de barrio de toda la vida. A pesar de su aspecto no sé si estará abierta, el dÃa que pasamos por allà ya era tarde pero la puerta se ve muy nueva y ese contenedor a la derecha no creo que lo hubieran dejado ahà en caso de cerrar.
Milagro, una casa rehabilitada. Creo que hay un plan para regenerar el barrio, pero que lleva años, años y años y va a paso de tortuga. No me extraña, de tener en el banco pasta suficiente como para pagar la rehabilitación de una casa ahÃ, seguramente preferirÃa gastarlo en vivir en otro lado. Y como las administraciones públicas no creo que pongan un pastizal para rehabilitarlo todo de golpe, seguirá la cosa igual «per sécula seculórum», amén.
Claro que por lo menos ya no hay derrumbamientos como el acaecido hace ahora justamente siete años en la Cuesta del Hospital. Y además alguna medianera se ha visto beneficiada por el proyecto Desvelarte, luciendo un mural bien grandote que alegra algo más la calle.
Dentro de unos dÃas tercera y última entrega del serial por el Cabildo de Arriba, con los edificios más interesantes de la zona.
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