TenÃa pendiente resolver una duda. Desde que me dijeron que la torre situada junto al faro de Cabo Mayor era una torre de bocinas habÃa que darse una vuelta alrededor para echarle una ojeada, asà que en cuanto pude allá me fui.
Dado que para acceder a la torre hay una puerta metálica que siempre he visto cerrada, pregunté en el faro si habÃa alguna inconveniencia en que la sobrepasara con intenciones fotografiadoras hacia la torre, no fuera a ser que me soltaran los perros y acabara mi historia como un Friskis cualquiera.
Ningún problema. Via libre para mis ansias fotografÃsticas. Alla vamos entonces hacia la ruta del descubrimiento, hacia la revelación de la parte trasera de la torre, algo que a pesar de estar ahà al lado seguramente pocos santanderinos habrán visto. ¡Coño! Qué distinta es por detrás…
Mucha torre pero pocas bocinas, tan sólo cuatro que no destacan en absoluto, sólo se ven cuatro agujeros en la pared.
De cerca se aprecia la forma trompetera y que deben estar hechas de metal, a juzgar por los efectos del salitre en la superficie. Probablemente hayan sido reparadas o revisadas hace poco tiempo a juzgar por lo limpitos que están los cuatro tornillos del perÃmetro, nada que ver con los tornillos un poco más alejados que a esos sà que se les nota el tiempo que llevan ahÃ.
Finalizamos con una vista un poco más general, afeada por la posición del sol justo en el peor lugar posible para sacar una foto (arriba del todo). Los tres elementos que salen en la foto son la torre de bocinas, el monumento a los asesinados en la guerra civil y el faro mismamente.