Las marismas blancas

Con lo que me gusta observar y retratar bichos, parece mentira que tenga aquí cerquita las Marismas Blancas de Astillero y nunca me haya acercado allí con mis prismáticos de 9,99 euros a ver pajaritos variados. Para quien no las conozca, las Marismas Blancas es esta extensión de agua con cañaverales situada entre los astilleros Astander y la desembocadura de la ría de Boó.
Marismas Blancas de Astillero
Allí hay algún observatorio de fauna para que puedas ver las aves sentado cómodamente. Si te llevas la nevera de cámping y unas cervecitas, puedes acabar viendo pajaritos, cisnes, elefantes rosas y dragones voladores dependiendo de la cantidad y graduación de cervezas ingeridas.
Mirador en las Marismas Blancas
El sitio puede servir perfectamente para pasar un buen rato entretenido. Hay cisnes, patos aleteando en medio del agua, grupos de cormoranes tomando el sol y unas cuántas especies más que no acabo de distinguir. Alrededor de la laguna discurre un paseo así que si te aburres puedes «hacer pierna» dando un par de vueltas y observando pájaros desde varios ángulos.
Pato en las Marismas Blancas
Claro que digo lo mismo que decía el otro día, habiendo estado en Cabárceno a escasos dos metros de un cérnícalo que se estaba zampando una pata de pollo, ver un pato a lo lejos parece una observación de segunda, pero bueno, qué le vamos a hacer, peor es nada.
Cernícalo en Cabárceno

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