DÃas atrás, todo el paÃs con una ola de calor de esas que sudas sólo con pensar. Aquà al tercer dÃa de calor apareció todo cubierto por una espesa bruma procedente del mar. Se supone a las doce o una de la tarde la fuerza del sol la irÃa disolviendo, abrirÃa y quedarÃa dÃa de playa, pero debÃa ser el dÃa del año en que mi cerebro tiene una idea interesante y pensé que si era bruma marina,que viene siendo relativamente baja, subiendo a Peña Cabarga quedarÃa por encima de la niebla y podrÃa contemplar el famoso «mar de nubes» cántabro, ese que tanto se da en los Picos de Europa pero a unos kilómetros de mi casa. Dicho y hecho, salgo pitando y a media subida de pronto… ¡plop! Desaparece la niebla y aparecen un montón de montes y montañas surgiendo entre las nubes. Este es un conocido monte de Solares, sobresalÃa menos de la mitad.
A lo lejos, la zona de Soba empezando a asomar. Parecen unos montecitos mÃnimos y mira que una vez allà son grandotes.
Sin embargo lo más llamativo era ésto. Ahà debajo estaba todo Santander, cubierto por un completo mar de niebla llegado del mar. Es que no se veÃa nada, ni una casa, ni un edificio, ni el puerto, ni el aeropuerto, nada de nada. Bonito experimento, tengo que repetirlo más veces.