Ya anticipé en la entrada de los buitres que habÃa vuelto a subir hasta los Ojos del Diablo (ese par de agujeros en lo alto del Monte Candina) pero esta vez querÃa subir y bajar usando la ruta normal y no la innovadora por la que subà la vez anterior ni la «bajasitieneshuevos» por la que descendÃ. Los que habéis leÃdo el relato de aquella historieta, este fin de semana pasado una pareja de franceses intentaron bajar por donde lo hice yo y acabó teniendo que ir el helicóptero a rescatarlos. AhÃ, ahÃ, que no se note mi orgullo de cabra montés…
El inicio de la ruta «oficial» es en un área de descanso de la N-634. Cogéis la salida 160 de la A-8 hacia Sonabia, luego la N-634 en dirección a Santander y un kilómetro más adelante aparece el área de descanso a mano derecha. Ahà dejáis el coche y os váis justo delante de este cartel que indica las rutas posibles…
…porque ahà empieza la subida. Todo subir, como está mandado, por un camino bastante más seguro pero más feo y vulgar que por la otra cara de la montaña. Palabrita que no tienen nada que ver. Aquà vas por el medio del monte mientras que subiendo desde Sonabia caminas por una ladera llena de hierba, con el mar y la playa allá abajo, vistas de acantilados y buitres volando en cÃrculos sobre tu cabeza. ¿Cuál elegirÃais? Pues eso.
Por suerte con el entrenamiento cada vez me cuestan menos estos recorridos. Empiezo a caminar a un ritmo tranquilo, sin prisa, paso a paso sin parar. Al rato empiezo a echar pestes, a preguntarme a santo de qué me da por venir a cansarme gratis pero en esto que veo hacia atrás y coño, cuánto llevo subido ya… poco debe faltar.
Pero no… tras unas subida aparece otra. Tras un tramo de tierra aparece uno de piedra.
Al rato veo una cima justo delante mÃa. ¿Será eso el Monte Candina? Pues qué poquito me ha costado, qué fácil ha sido subir por este lado.
¡JA! Pobre incauto, creer que sólo habÃa que subir hasta ahÃ. Antes de llegar a lo alto de la cima anterior te desvÃas a la izquierda y esto es lo que aparece. El Monte Candina es el de la derecha y hasta ahà hay que llegar. La leche, ya me parecÃa a mi que tan fácil no podÃa ser.
Camina, camina, camina, camina, camina… y asà lo mismo repetido cienes y cienes de veces. Pasito a pasito, un pasito más, una parada para reponer lÃquido, una paradita para vaciar lÃquidos, una paradita para fotos, otra para ver un par de buitres con los prismáticos, adelanto a estas dos señoras que estaban en las mismas que yo, hala, paciencia que ya llegamos.
Milagrosamente esta vez no me perdà ni me desvié. Quizá haya influido que la ruta esté perfectamente señalizada. Hay un montón de rocas con estas dos señales, la roja indica cómo llegar a los ojos del diablo, la naranja lleva a la cima del Monte Solpico.
Como todavÃa quedan unas cuántas fotos del recorrido nos quedamos a media subida y en unos dÃas continuamos con la caminata.