Me quedaba hace diez dÃas extasiado en la contemplación de la carretilla de caoba expuesta en el Museo de la Catedral santanderino, asà que ahà mismo vamos a retomar el hilo de la visita.
Hay que ver qué trabajada, qué labrada y decorada estaba la carretilla, el orgullo de cualquier ebanista con esa pala con punta de plata, esas patas con forma de garras de león…
…esa coronita en lo alto y una placa conmemorativa sobre el escudo. Impresionante. Lo malo es que según nos contaron, a la reina se le quitaron las ganas de ir a inaugurar nada con la carretilla y mandó el marido, que tuvo que apañarse con el choteo de verle aparecer para usar la carretilla de reina. En fin, esas cosas tan casposas que pasaban en la España del siglo XIX.
Poco más quedaba por ver en el museo. Una vitrina con unas cuántas joyas expuestas, vamos a echarle una ojeadita de cerca.
Poco interés despertó en mi ver una cadenita con una cruz, un anillo de obispo o similares que oye, será muy valioso y a lo mejor lo que rodea la piedra central son un montón de diamantes, pero es que ni fú ni fa. Al contrario que la parienta (como era de suponer), las joyas me traen bastante al fresco. Es más, no llevo reloj, no llevo ningún anillo, no llevo cadena, conmigo las joyerÃas no salen de la crisis.
Pero lo que sà tenÃa interes era esta cosa con forma de cruz. No por las formas ni los materiales, sino por lo del centro.
¿Quieres ver que eso es la reliquia de un santo, de un beato o de alguno del gremio? Lástima que no me di cuenta hasta que vi las fotos y me leà las letras, sino le podÃa haber preguntado a la guÃa qué venÃa siendo lo del cÃrculo central. Justo encima pone «ex carne» espero no que no aprovecharan la muerte de algún santo para ir recortándole circulitos y haciendo reliquias en serie.
Dejo para lo último parte de un cartel que habÃa junto a la vitrina anterior porque esto sà que llamaba la atención. Hablan de Emilio Pino, el alcalde de Santander en la época en que se incendió (1941) y hay una frase muy reveladora de cómo funciona este paÃs desde tiempos lejanos: «Durante la reconstrucción defendió en todo momento los intereses generales frente a las pretensiones de promotores inmobiliarios y polÃticos, por lo que fue cesado». Si todos los alcaldes españoles desde entonces fueran igual de Ãntegros, habrÃan cesado a la gran mayorÃa…