Paseando entre sequoias (II)

Tras una primera entrada sobre el bosque de sequoias de Monte Cabezón en que fui mostrando el entorno del bosque, hoy nos centramos en los arbolitos. Como es evidente lo más llamativo de la sequoia es la altura, son troncos mas largos que un día sin pan. Además crecen bien derechitos, no como otros que se curvan o se bifurcan.

Aunque tienen ramas, en la parte de abajo debe ser que la falta de luz las va secando porque fijaros cómo salen a montones en horizontal y están todas mustias.

Por supuestísimo había que sacar una vista cenital, un clásico entre los clásicos cuando te metes en un bosque que no por muy vista deja de ser resultona.

También la corteza es curiosa, hecha de trozos como rajados, y por debajo parecen deshilachados.

De cerquita se puede ver mucho mejor. Como si al crecer fuera reventando la corteza en jirones.

Si os fijáis en todas las fotos, en el suelo no hay maleza en absoluto, tan solo una alfombra bastante tupida de hojas secas de sequoia. Entre la falta de luz y esto tapándolo todo no me extraña que no salga una mala hierba.

Un bosque de lo más curioso y distinto a los que se ven habitualmente. Quien pase cerca, que no dude en emplear una horita en recorrerlo porque merece la pena.

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