Seguimos en ruta por la bajada desde el Teleférico de Fuente De a Espinama. En la primera entrada lo habÃamos dejado aquÃ, bajo Peña Olvidada, Peña Vieja y el Chalet del Rey.
Justo en el punto en que llegábamos al Refugio de Aliva que, como no, al estar en Cantabria tiene que tener su bolera adosada (esa superficie cuadrada lisa) por si a alguien le entra el antojo de echar una partidita.
En el refugio hay una placa dedicada a Angel de la Lama, director del Teleférico de Fuente De que murió en Picos hace ya seis años. Según parece la niebla pudo desorientarle, se perdió pese a lo bien que conocÃa la zona y sabe dios lo que pudo pasar luego. He oÃdo ya tantas veces los problemas que causa la niebla en Picos que lo tengo claro, cuando voy a la montaña conmigo se vienen siempre un par de mantas de supervivencia y si alguna vez se me echara encima la niebla, me paro, me siento, me tapo y a esperar. Caminar por la montaña sin saber donde vas es más fácil que te lleve a un problema que a una solución.
Esta es la bajada desde el Refugio camino de Espinama, seguimos ese camino y al llegar abajo, todo a la derecha. Probablemente ahà arriba, en la hondonada entre ambos picos, haya unas vistas de impresión pero hoy iba con la parienta asà que habÃa pocas ganas de subir. Es más, como ella no suele pegarse caminatas por los montes Ãbamos en el modo de ahorro de energÃa por lo que pudiera pasar luego (y bien que nos vino).
Media vuelta, foto con Peña Olvidada y Peña Vieja nuevamente, sólo que en vez del Chalet del Rey lo que se ve aquà es el Refugio de Aliva. No me digáis que no son impresionantes estos paisajes… habrá que verlos en invierno porque todo cubierto de blanco puede ser la releche.
Foto que no sé si mandársela a Microsoft por si la quieren incluir como salvapantallas en el próximo Windows 10 en vez de esa ladera verde tan aburrida que ponen siempre. Montaña, prado y caballito comiendo tranquilamente.
No sólo el caballo comÃa tranquilamente, habÃa unos cuántos sentados en los prados recuperando energÃas mientras disfrutaban del panorama.
Casi llegando a un cruce de caminos donde confluyen varias rutas vemos una especie de piscina gigante y vacÃa en otro prado.
¿Qué es esto? ¿Una piscina para vacas? ¿La boca de un silo de misiles nucleares pasiegos? ¿Una antena para detectar gamusinos en el espacio? ¿La huella del aterrizaje de una nave del planeta RaticulÃn? ¿Un depósito de agua? Me inclinarÃa más por esta última posibilidad, aunque sin descartar ninguna de las otras.
DecÃa que llegábamos a un cruce de rutas, donde se juntan la que nosotros estábamos haciendo, la que va a Sotres y otra que va a la ermita de la Virgen de la Salud que por ahà asoma. Normalmente hubiera ido hasta allÃ, pero el modo de ahorro de energÃa me impide hacer esos desvÃos de la ruta principal «que sólo son cinco minutos» y al final acaban implicando una hora más de caminata.
A partir de aquà este es un panorama que se repetirÃa una y otra vez: montaña, prado, vacas, o en su defecto montaña, prado, caballos. Esperaros unos dÃas o lo podréis comprobar en la tercera y última entrega de la serie.