Hay que ver, a veces me pongo a revisar los catálogos de las fotos que he sacado y me quedo alucinado por cómo pasa el tiempo. Lo que me gusta el puerto de Lunada, con sus vistas y su valle y hace más de un año que no paso por allà ni subo al mirador desde el que se tienen unas vistas increÃbles. Eso sÃ, ojo con la escalera no vayas a pisar una bosta tamaño XXL.
¿Y a qué es debido eso? A que en cuanto subes aparecen unas enormes praderas en altura, amarillentas por el otoño y llenas de caballos que primero te ven con desconfianza pero al rato pasan de ti ampliamente como diciendo «ya está aquà otra vez el dominguero éste de la cámara». Acercar, aún no me he podido acercar a ellos porque escapan. Quizá tenga que ir un dÃa mejor pertrechado y aplicar el conocido sistema de la zanahoria que de momento nunca falla con los equinos.