Cuando salgo a dar una vuelta por los alrededores de casa saludo a la gente que me voy encontrando, que es de buena educación, y si la cosa se tercia me pongo de cháchara para irme enterando cómo está el barrio u otras historias que tengan a bien contarme. Asà he ido conociendo a los dueños de los prados de la zona y tras preguntarles no me ponen ninguna pega para pasear con mis perros por ellos, habiéndome avisado que ni provoque a las vacas que tienen muy mala leche ni mis perros se coman a las ovejas que es una pena. AsÃ, en cuanto hay un dÃa de sol nos vamos a recorrer campos cerca de casa porque es algo que se disfruta a base de bien. Fijaros que pedazo prado todo para mi. Y por los lados hay mucho más.
Por la parte de atrás hay un riachuelo, o la esquina de una rÃa, casi seco con la marea baja y rebosante de agua con la marea alta. Aspecto de marisma, gran abundancia de hierbas altas y mucho pajarito acuático que me entretengo ojeando con mi maravilloso monóculo de cinco euros. Hoy no se ve ninguno porque libraban todos.
No importa, si no están en el rÃo siempre podrás encontrar algún milano en una torre del tendido eléctrico, cigüeñas o garcillas bueyeras en el campo o una garza real a lo lejos. Estas son desconfiadas a más no poder, tan pronto estás a trescientos metros se largan volando. A lo mejor verme con dos perros tiene algo que ver, no sé…
Sé que hay otros bichos, aunque no los vea. En las hierbas altas se ven muchas huellas de paso de animales de tamaño respetable.
Si en un conglomerado de hierbas altas hay un hueco cómo este, se supone que por aquà ha pasado algo y no pequeñito precisamente.
O aquÃ, parece cómo si algo se hubiera revolcado en las hierbas. En principio creÃa que serÃa un jabalà dándose unas friegas por la noche, pero un vecino me dijo que probablemente sean tejones. A ver si algún dÃa los veo en directo y me quito la duda.
Otro clásico es el agujero en el suelo. Hay de varios tipos, el que lleva tiempo abandonado y se nota por la telaraña en la entrada, el disimulado con hierbas…
O el recién hecho, poco agujero, mucho escombro y escaso disimulo porque se nota a kilómetros dónde están metidos.
No sé de qué será la madriguera, mi vecino venga a decirme que de tejones, pero he visto huellitas a la entrada que me hacen pensar más en la posibilidad de la zorrera.
Y ya es de coña cuando a la entrada de algún agujero me encuentro con sorpresas como lo que se ve en las fotos. Fijaros esos dos puntos blancos a la derecha del agujero. ¿Qué son?
Ni más ni menos que dos cráneos pequeñitos. ¿De qué bicho en concreto? Ni idea, hasta tanto no llego, habrá que comprarse un libro de esos que te ayudan a identificar los animales por sus huellas, sus huesos o la letra de su NIF.
Continuamos en un ratito…