Julio. Aunque este verano no esté resultando especialmente agraciado en lo que a buen tiempo se refiere, lejos quedan ya esas épocas de salir por la mañana y ver los valles inundados por la niebla o, como esta vez, la niebla deslizándose sigilosamente valle tras valle antes de sucumbir al sol del mediodÃa. Llegando a Arredondo desde el Mirador de Alisas ya se veÃa de lejos los jirones de niebla resistiéndose a desaparecer.
Unas curvas más allá vemos una imagen que hasta debe darles repelús a los reumáticos, donde esté el sol que se aparte lo demás. ¿Y eso que aparece por el centro? ¿Qué viene siendo?
Es el campanario desde el que pretendÃan ver el mar. Lástima que con esta niebla dudo que consiguieran ver más allá de la punta de la nariz.