Hace poquito publicaba una entrada con las fotos de mi primera visita a Orbaneja del Castillo y la tremenda sorpresa al descubrir las formaciones rocosas en lo alto o la cascada que baja desde el pueblo por la ladera del monte.
HabÃa escalera. Se puede subir. Luego si hay escalera y se puede subir, allá nos vamos a conocer el pueblo.
A lo largo de la subida hay un montón de recodos desde los que ver el curso del riachuelo antes de su llegada a la cascada. Dentro del pueblo va perfectamente encauzado entre las casas.
Una vez arriba seguimos el hilo de agua y vamos a dar a una zona llana con un puentecito en primer plano. Fijaros qué en pedazo pared de piedra acaba el pueblo. Aunque no se distinga muy bien, a media altura hay un senderillo desde el que ver el panorama desde lo alto. Y de un hueco allá al fondo sale el rÃo.
Molaba también la casita ésta allá arriba. Será por vistas, menudo disfrute para todos menos para el del butano que debe estar de lo más quemadillo el pobre cada vez que le toque subir un par de bombonas.
De aquà concretamente sale el rÃo. No de ese agujero, sino de la charca que hay delante justo debajo de la pancarta de «Fracking no«.
Tendrán razón los defensores de la naturaleza, pero esa pancarta ahà es como un dedo en el ojo asà que encuadramos en vertical y queda la cosa más bonita.
Encantado me quedé ese dÃa. Muchas cosas vimos por el sur de Cantabria, muchas fotos inesperadas, tremendo el descubrimiento de Orbaneja y habrá que pensarse otra visita esta primavera porque me da la impresión que aún quedan muchas más cosas que ver.