Comenzábamos el paseo por Limpias al lado del Ayuntamiento y su cañón. Decidimos continuarlo junto al rÃo por el antiguo muelle de Limpias, que forma parte de la «Ruta de Carlos V», rey aún más dado a pegarse garbeos que yo. Pasó por todos lados, asà que seguramente se vendrÃa a tomar un chocolate con churros a Limpias y ya puestos, lo bajó dándose una caminata a la orilla del agua como esta parejita que nos predecÃa.
El tramo destinado a caminar no es excesivamente grande (poco más de un kilómetro) pero no por ello deja de ser interesante. En especial cuando giras una esquina y te encuentras allá a lo lejos una torre con radar que parece de un barco de la Armada. Claro que si ves al otro lado, ahà entre los árboles asoma un pedazo cañón impresionante. Vaaaamos para allá que esto promete.
Lo del cañón lo dejaremos para la siguiente entrada, vamos a centrarnos en lo primero que se ve. Han llenado de artefactos marÃtimos una explanada delante de unas casas y según indica un cartel es el «Parque Museo de la Armada Española». Este es el palo mayor del destructor D-62 Gravina y lo de delante, una mina antibuque.
Oye, que es verla y me entran unas ganas de ir a zurrarle a los pivotes rojos a ver qué pasa… seguramente esté desactivada, pero casi mejor no probar por si acaso.
A un lado, un cañón antiguo. Cualquiera podrÃa suponer que es uno de los producidos en la Fábrica de ArtillerÃa de La Cavada. Pues no, esa placa del soporte de madera indica que es un cañón capturado en la reconquista de Menorca en 1782, un hecho de lo cual no tenÃa ni la mas mÃnima idea pero ilustrándome veo que por aquellos entonces se juntaron España y Francia para zurrarle a los británicos. Luego nos juntarÃamos con los británicos para darle a los franceses y luego nos zurrarÃamos entre nosotros. Que le vamos a hacer, nosotros somos asà de pacÃficos.
Arrumbada en una esquina languidece una hélice de cinco palas. Esta no sé de qué será porque no vi cartel explicativo alguno en las cercanÃas, pero del fueraborda de alguna de las chalupas aparcadas en el puerto seguro que no. Le enchufas una hélice asà y tan pronto la pongas en el agua bate el record mundial de velocidad vertical descendente, o lo que es lo mismo, de hundimiento acelerado porque semejante hélice toda de metal ni me imagino lo que debe pesar.