Nos hallamos en Reinosa. Yo, arrastrando mi ciática dominical. ¿Qué puedo hacer para que se me pase si pastillas soy poco dado a tomar? Muy fácil, visitar Casa Vejo y comprar provisiones para todo el tiempo que necesite estar tumbado a la bartola descansando la espalda, que las penas con pan son menos penas asà que con dulces ya ni te quiero contar. Aquà va una muestra de todo lo que me traje para casa. De primero, un pastel llamado «Antojo» y una milhoja XL.
Para que tengáis una referencia del tamaño aquà va otra foto con un Pilot métrico decimal de trece centÃmetros de largo. El «antojo» es un brazo de gitano hecho de bizcocho empapado en almÃbar y relleno de crema pastelera y chocolate. Una bomba calórica que si mi ciática fuera tan golosa como yo no me dejaba en lo que me queda de vida porque mejor cuerpo para albergarla no iba a encontrar. La milhoja es una milhoja de toda la vida pero tamaño gigante.
Ir y no traerse unos cuántos «hojaldres de invierno» (también conocidos como «Reinosas») serÃa pecado, y si tienen una caja de doce, pues mira, los doce se vienen conmigo.
Hojaldres también bañados en almÃbar, que vivir en zonas frÃas hace muy necesario el aporte de calorÃas para sobrellevar las bajas temperaturas. Quien viva en lugares donde haga más calor puede comerlos también, vivir en zonas calientes hace muy necesario la ingesta de lambonadas que nos aporten felicidad para sobrellevar el calor. Si vives en zonas templadas también, están tan buenas que sobran las razones.
También nos trajimos unos cuántos «tortos». Foto con referencia incluida para ver el tamaño de esta «galletita» hecha con mantequilla de vaca, almendras, miel y turrón de Jijona. Como se puede ver, yo sigo a lo mÃo que es comer lo que se pueda, donde se pueda y todo lo que se pueda.
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