Segunda y última entrada que le dedico al Castillo del Rey en San Vicente de la Barquera, el otro dÃa mostraba el exterior y las dos salas de exposiciones, hoy vamos con unas cuántas vistas exteriores. Desde la parte de atrás podréis ver en lo alto la Iglesia de Santa MarÃa de los Angeles, aquella del suelo lleno de tumbas, la capilla de los Corro, el inquisidor yacente y el ángel remero.
Llegamos a la torre. ¿Se podrá subir arriba…?
Por un lado, sala audiovisual con el tÃpico video promocional que muestra las maravillas maravillosas del pueblo.
Por otro lado, sala con redes y exposición de fotos. Con la decoración no se han arruinado, eso está claro.
Se trata de fotos antiguas en las que se puede ver cómo ha ido evolucionando el pueblo cuando lo comparas con cómo es aquello hoy en dÃa. Como todo pueblo turÃstico situado al lado del mar ha cambiado un montonazo.
Poder, se puede subir a lo alto de la torre. Si nos atenemos a lo que dice el cartel, deber, no se deberÃa subir. Una pena.
Aunque tampoco pasa nada por no poder subir, desde fuera las vistas también merecen la pena. El castillo tiene una estructura curiosa, aquà seguramente habÃa un patio pero lo han cubierto con un tejado y es donde están las salas de exposición que os mostraba en la primera entrada. Se puede andar por los laterales y asà contemplar las vistas de todo el pueblo, de la bahÃa, las playas, el puente y más.
Fijaros qué panorama. El dÃa era soleado y con el mar bastante tranquilito, pero con ventolera y oleaje las vistas seguro que son aún mejores.
Media vuelta para ver la torre del castillo y la iglesia al fondo. Hay una imagen tÃpica de fotos y postales que es esta iglesia con los Picos de Europa nevados justo detrás. Con el tiempo veraniego que tenÃamos evidentemente no se veÃa ni una mota de nieve. Habrá que volver dentro de dos o tres meses a ver cómo cambia el paisaje con el fondo todo blanco.
Tocaba marea baja y ya véis lo que pasa en la rÃa, queda el fondo al descubierto y las barquitas en seco. También dejaron un kayak allà aparcado. Eso me recuerda que llevo meses con ganas de hacer un cursillo de kayak, ya son ganas de arriesgar la vida sabiendo las historias que me pasan, pero bueno, hace tiempo que estoy antojado y alguna vez habrá que probarlo, que los deportes de agua suelen ser bastante entretenidos.
Pues hasta aquà llegó la visita al castillo. Anda que lo mÃo sà que tiene delito, cuatro años viniendo aquà y no haberlo visitado hasta hoy…