Seguimos embarcados en el tour marÃtimo cantábrico que comenzábamos en Laredo poniendo rumbo hacia el Faro del Caballo y pudiendo contemplar a mano derecha (también conocido como estribor) la famosa Punta Sonabia o «Ballena de Oriñón«.
Junto al Faro del Caballo hay unas calas que te mueres, pequeñas, recogidas del viento, con un agua verdosa impresionante. ¿Problema? Llegar hasta allÃ.
Este ya tenÃa ese problema resuelto, con una barquita asà cualquiera. Fijaros qué agua, qué sitio más apetecible.
Según Ãbamos costeando el Monte Buciero aparecÃan las fortalezas que construyeron en sus laderas. Primero el Fuerte de San Carlos, al que ya le hice visita.
Luego la urbanización esta tan horrorosa que hicieron aprovechando el hueco de una cantera. El capitán del barco nos dijo que en Santoña les llaman «los nichos» por el aspecto que tienen.
Junto a «los nichos» están las escaleras que llevan al Fuerte San Carlos y la Virgen del Puerto. En el enlace de la urbanización horrorosa hay foto de la estatua en grande.
El Fuerte de San MartÃn, otro por el que también pasé pero sin entrar porque estaba cerrado. Hoy en dÃa creo que se puede visitar asà que ya tengo un buen motivo para otra visita más.
Ejem… el monumento a Carrero Blanco, ese monumento que está puesto pero sin inaugurar, el pleno de Santoña pidió en 2013 al entonces PrÃncipe de Asturias que se pasara por la ciudad a inaugurarlo pero como que hicieron oÃdos sordos al tema, etc. Monumento con el que pasa lo de siempre, unos que no lo quieren, otros que dicen que no tiene connotaciones polÃticas, en fin…
En el muelle de Santoña para el barquito. Como estaban en fiestas y habÃa bastante animación desembarcamos para dar una vuelta, comer y ya nos volveremos a Laredo por la tarde. Aluciné viendo cómo paran prácticamente en la mismÃsima orilla, no sé qué calado tendrá el barco pero muy poquito a juzgar por la imagen.
Por último una vista de la entrada de la rÃa de Santoña, con esa bocana de entrada tan estrecha. Teniendo los fuertes de Santoña por un lado y en Laredo el fuerte del Rastrillar en lo alto del monte de La Atalaya a ver quien era el guapito que se atrevÃa a pasar por ahà con intenciones invasoras, le iban a dar cañonazos hasta en el carnet de identidad.