Hace cuatro dÃas tocaba el cuarto episodio de mis andanzas por Cantabria adelante un domingo cualquiera. Nos habÃamos quedado en el parque donde está el Centro de Interpretación del Parque Natural Riberas de Asón. ¿Porqué estábamos allÃ? Pues porque al final del parque se puede ver un mirador en voladizo similar al conocidÃsimo Mirador del Cable que hay en Fuente De, mucho menos conocido pero con unas vistas preciosas. Helo aquÃ.
Mirador doble con una forma rara, como dos salientes que se cruzan y acaban cada uno en una plataforma circular. El suelo del mirador es de reja metálica asà que las vistas sobre el precipicio están aseguradas. No impresiona tanto como el del Cable pero merece la pena ir hasta allà a verlo.
Y lo merece no sólo por la altura sino también por las vistas sobre el rÃo Gándara, ese que se ve ahà al fondo abrirse en varios sub-rios y caer montaña abajo formando cascadas.
Fijaros qué preciosidad de panorama. Sumadle la tranquilidad del lugar, ese solete que aún iluminaba con calorcito y el resultado es que estábamos en la gloria. Eso sÃ, como vayáis con ganas de mear la lleváis clara porque el sonido predominante es el del agua corriendo y cayendo.
Ese par de casitas a la orilla del rÃo me parece que eran dos molinos, ubicación nada extraña teniendo toda esta cantidad de agua justo al lado para mover la maquinaria de la molienda.
Claro que en una foto estática nunca se apreciará tan bien un rÃo que corre o la sensación desde la altura como en un vÃdeo, asà que venciendo mi tradicional aversión a pulsar el botón «Grabar vÃdeo» de la cámara, señores y señoras, va por ustedes y ustedas:
Desde luego hay que ver cómo cunde un domingo cualquiera. Primero la cueva de Covalanas, luego el Palacio de Revillagigedo, la cueva de Cullalvera, este parque con las cascadas del rÃo Gándara y no se ha acabado aún la cosa, quedan otras dos entradas del mismo dÃa. Si me llego a marchar una semana de vacaciones seguro que junto material para el blog hasta fin de año…
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