Diferencias en gaviotas

Acostumbrado estaba a la típica gaviota argéntea de toda la vida, a esa que se solía cagarse en mi coche a poco que me acercase a un puerto. Para los que no las conozcáis, me refiero a éste modelo de gaviota:

Pues bien, llegados aquí tocó cambiar el chip porque ese modelo no se lleva, aquí las que más estoy viendo son éstas:

No sé qué raza serán, pero de momento tengo que agradecerles que por lo menos el coche lo respetan más que las anteriores lo cual no es motivo para tenerles cariño pero sí para no desear su muerte y extinción todos los días de mi vida. Como curiosidad, ésta no estaba en Cantabria sino en Bilbao, pero las de aquí vienen a ser más o menos iguales.

Ay, qué recuerdos

Hay ciertas cosas que empiezo a pensar que no es que fueran propias de Galicia, es que deben ser universales porque aquí se repiten exactamente igual. Para ilustraros, ejemplo número uno:


Y ejemplo número dos, el clásico entre los clásicos.

Encontrados los tres ejemplos en la primera semana de estancia en Cantabria. Como aparezca el cuadro de los ciervos y el plato con una centolla de cerámica esto va a ser como un «deja vu».

Potes

Potes no sé si será el más típico de los pueblos de la zona de Liébana, a los pies de los Picos de Europa, creo que sí. Famoso es por el Cenador del Capitán y sus cocidos lebaniegos, por otros cuántos restaurantes, por su aspecto de pueblo tradicional bastante bien conservado:

Por esa plaza, por los chiringuitos nocturnos que hay a su alrededor:

Y como no, por unas calles interiores llenas de sitios donde comer bien, beber mejor y comprar un montón de productos de la tierra, sobaos, corbatas de unquera, chocolate, licores y demás, de esos que no quieres dejar ninguno sin probar.

Arredondo, capital del mundo

Camino del Collado de Asón, saliendo de una de las mil curvas y revirivueltas que hace la carretera nos encontramos de golpe con una especie de minarete allá a lo lejos, en un pueblo en medio del valle. Destacaba un montón en la lejanía.

Más de cerca se puede comprobar que es una mezcla entre faro, campanario, palomar y minarete:

Encontré también un cartel que viene siendo una buena muestra de optimismo, en él declaran el pueblo como «capital del mundo».

Ya en casa, leyendo una guia de Cantabria me enteré que de aquí emigró mucha gente que luego volvía con coches matriculados en lugares de lo más variopinto, de ahí que fuera declarado capital del mundo. La construcción de la iglesia y su torre fueron financiadas por uno de esos indianos que volvieron habiendo hecho fortuna. Según parece el motivo de la torre era para ver el mar desde arriba, algo para lo que se les quedó unos mil metros corta porque ya digo que el pueblo está encajonado en un valle y con semejantes montañas alrededor dudo que lleguen a ver el mar salvo en fotos.

El búnker de Solares

Por tal nombre se conoce a un CPD (Centro de Proceso de Datos, o lo que es lo mismo, muchos ordenadores haciendo como que trabajan) que ha montado el Banco de Santander en Solares, aquí al lado de donde vivo. Supongo que el nombre le vendrá por la construcción en todo lo alto y las medidas de seguridad. En realidad creo que no es uno, sino uno por duplicado, de ahí los dos edificios que se ven.

A esa especie de chimenea gigante le han colocado un megapantallón en la parte de arriba en la que se puede ver el logotipo del Santander en rojo y blanco incluso desde Santander. Fueron bonitos los días de pruebas en que en vez del logotipo se podía ver una ventanita con un mensaje de error del Windows, lástima no llevar la cámara para inmortalizar el momento. Por supuesto ya sabéis lo que opino de esos detalles hechos en óxido, la única ventaja es que con sol son bastante fotogénicos.

Llegó el frío

Avisaban desde ayer que venía el frío en forma de ola de viento siberiano. Hoy me levanté a ver si encontraba el mundo cubierto de blanco y ná de ná, todo igual a cómo lo habíamos dejado ayer por la noche. El termómetro de exterior marcaba cuatro graditos así que me imaginé que sería otro bluff, como aquellos patrocinados por Meteogalicia. Pero no. A eso de las diez empezaron a caer copitos de nieve, que cada vez se fueron haciendo más grandes y más numerosos. No cuajaron porque la temperatura seguía sin ser bajo cero, pero hacía tiempo que no veía nevar prácticamente al nivel del mar, concretamente desde la gran nevada sobre Vigo en 1.987. Aquí tenéis lo que estaba cayendo desde una ventana de casa, porque con el fresquito que hace fuera y lo calentito que se está dentro ni se me pasa por la cabeza salir mas de lo estrictamente necesario.

Pareidolia (II)

Tras aquella primera versión, insisto, yo sigo viendo caras allá donde voy. Por un lado manda caray con el edificio, por otro lado ya puestos podían haberle hecho una carita un poco más alegre, que vamos, parece como si le doliera una muela.

Futboleando

Que esta gente está hecha de otra pasta diferente a la mía lo tengo cada día más claro. Tras varios días de lluvia fina y cielos grises, este domingo tuvimos una tregua y nos acercamos a la playa. Sol, nubes y un viento frío que congelaba las ideas, así que fuimos vestiditos más o menos como para conquistar el polo sur. Una vez allí vemos a lo lejos un tropel de gente yendo y viniendo. Leches, ¿y eso qué es? Allá vamos…

Ni más ni menos que un partido de fútbol en la arena. Un montón de valientes corre que te corre detrás del balón inasequibles al desaliento e impertérritos ante la corriente de aire congelada.

Me imagino que quien peor lo pasaría es el portero, paradito a la espera de jugadas en su área. Aproveché también para retratarlo porque entre la arena, el cielo y las nubes se notaba que la foto cuanto menos iba a ser bien colorida, y eso que la saqué con un móvil cuya cámara es de todo menos buena.

Iba yo pensando lo calurosos que son estos cántabros cuando a lo lejos veo salir del agua una chica en bikini. Casi se me caen los ojos al suelo, eso sí que es valor y el resto que se aparte…

Santoña desde Laredo

Empezamos con las panorámicas con una de Santoña hecha desde la playa de Laredo, merece la pena pinchar para verla en grande y disfrutarla porque la vista es impresionante y ese domingo por la mañana había unos colorines de película. Se puede ver el pueblo por la parte izquierda, luego un cuartel, una fortaleza, casi a la derecha hay una urbanización de la que ya hablamos y finalmente otro fuerte sobre el acantilado.

Por aquí hay un par de rutas a las que les tengo ganas, se pueden ver perfectamente en este mapa. Un día de estos habrá que calzarse las botas y dedicarse a hacer kilómetros, lástima que sean cuesta arriba porque sólo pensarlo me da una pereza que no veas…

Diferencias en montañas

Las montañas gallegas suelen ser redonditas y llenas de vegetación tipo matorral bajo. Aunque hay montañas altas como Peña Trevinca no te dan sensación de ser monte a lo bestia. Aquí en cuánto te vas un poco al interior empieza la montaña, pero montaña de verdad. altas, abruptas como ya vimos en el Desfiladero de la Hermida, con las nubes pegadas a la cima, roca, roca y más roca y esa sensación de que subirlas es cosa de montañeros, no de senderistas.

De momento aún no pude, pero menudas ganas tengo de empezar a visitar rutas de montaña de las de verdad. Ya lo he vivido en otra época y me relamo pensando en las fotos que saldrán.

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