Alguna vez ya he comentado que cuando nos vamos a pasar el dÃa de recorrido por los mundos de dios generalmente nos llevamos una mochila isotérmica repleta de papeo variado y allá donde vemos un lugar que nos gusta, paramos, nos aposentamos y disfrutamos del picnic al aire libre igual que si de un restaurante con estrella MichelÃn se tratara. De paseo por La Lora llegaba la hora de comer, las tripas empezaban a reclamar lo que es suyo y ante nuestros ojos aparecÃa el dolmen de La Cabaña, un montÃculo tapizado de hierba en el medio de un muro bajo cuadrado. En una de las esquinas del terreno habÃa una mesita de piedra con unos banquitos a juego alrededor, mira qué bien, visita cultural, comida, sol, aire puro, ¿qué más se puede pedir?
Cartelote explicativo sobre la construcción del dolmen. Interesante, porque los dólmenes que habÃa visto o conocÃa eran como el sÃmbolo de «pi» griego, dos o mas piedras ejerciendo como «patas» y una piedra en horizontal haciendo de techo. Este no, este es en plan volcán.
Ilustremos el asunto: montÃculo de tierra, con una entrada hecha usando piedras como paredes.
Aquà se ven más claramente las piedras laterales y una cruzando al final, que te obliga a agacharte para llegar al interior.
Asà se ve lo anterior desde arriba, fijaros cómo también usaron las piedras como paredes circulares y no hay techo. Para mi es una novedad, no conocÃa la existencia de dólmenes con esta forma.
Echando una ojeada estábamos cuando veo en un campo de al lado una montaña de piedras apiladas. Saco los prismáticos nuevos y discurro que aquello tiene que ser un monumento funerario, otro dolmen o cualquier otra cosa merecedora de una visita. Allá voy campo a través a verlo de cerca. La parienta, más versada y más inteligente, declinó mi invitación asentándose en la mesa con bancos del recinto del dolmen y dejando lo de cansarse gratis para los menos espabilados. Llego por fin al montÃculo. ¿Qué será ésto?
Doy una vuelta alrededor, no hay cartel, no hay ningún indicador. ¿Será prehistórico? ¿Habrá algo enterrado debajo? Dirijo la mirada hacia el dolmen de antes. De pronto se hace la luz en mi cabeza… si tienes un campo lleno de piedras y limpias una parte para plantar algo, esas piedras que retiras ¿qué haces con ellas? Pues lo normal, apilarlas en cualquier lado para que algún turistilla con más imaginación que inteligencia pique como un chino.
Otra vez en la torre de Ruerrero
Camino de Polientes por una carretera revirada junto a un rÃo por la que conduje con mil ojos intentando ver algún corzo pero ni una mÃsera cornamenta asomando conseguà divisar, al pasar la curva número ocho mil setecientas cinco aparece una torre en lo alto de un montÃculo. Huy, si esto me suena cantidad con su parecido a la Torre de Sandiás gallega.
Es la Torre de Ruerrero por la que habÃa pasado en una visita anterior. De aquellas recuerdo que estaba en obras, con unos andamios cubriendo parte del frontal. Esta vez la grua estaba en el pueblo y la torre totalmente limpia y despejada.
También me habÃa dicho que tenÃa que ir hasta allá pero sinceramente, me pilló vago (como empieza a ser costumbre) y la perspectiva de pegarme una caminata cuesta arriba después de haber comido, que en coche no llegas salvo que tengas un 4×4, no me apetecÃa lo más mÃnimo. Además iba camino de otro lugar y si me retrasaba podÃa quedarme sin luz para hacer fotos más interesantes. Hay que ver qué socorrida es esta excusa de la luz y las fotografÃas, lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Aprovechando que llevo el teleobjetivo le saco una foto más cercana, que es como si hubiera estado allà mismito y sigo mi ruta.
Aquà dos espectadoras de mis dilemas sobre si subir o no subir. Con qué cara de interesadas me miraban las dos, a pesar de estar en la hora de la siesta. PodrÃa apostar que ellas tampoco tenÃan ni la menor apetencia por subir a la torre.
La cierva que se bebe
Alguna vez ya he comentado algo sobre la aparición de un montón de marcas artesanas en el panorama cervecero cántabro. Que si las Dougall’s, que si La Grua, que si La Cervezuca y ahora he visto otras provenientes de Ampuero envasadas bajo la marca «Cierva» y según parece hechas con agua del rÃo Asón. Si, si, el mismo de la cascada. Busca que te busca en internet no he encontrado su página web, una pena porque siempre es interesante aprender algo más de parte de los creadores de las cervezas.
Un servidor ya se ha probado estas dos. La blanca (Saison) lleva cilantro, la otra no. La roja (Blond Ale) es algo más amarga que la blanca. Hay otra de color negro (Juniper Abbey) que aún no he probado y parece ser más dulce. Las dos que probé me han gustado, de todas formas yo no puedo ser una buena referencia como catador porque como me gustan todas soy muy poco objetivo.
El observatorio de La Lora
Tras una primera aproximación fallida por cuestiones meteorológicas repetà visita a las inmediaciones del Observatorio Astronómico de Cantabria y esta vez hubo suerte porque el tiempo no sólo nos respetó sino que lució el sol en abundancia. Por fin pude fotografiar el edificio con ese perfil tan particular.
También foto a la cúpula, por la parte donde se supone que se abrirán las compuertas y asomará el telescopio.
No hay mucho más que decir si no se puede pasar al interior, que estaba cerrado a cal y canto con los correspondientes carteles de «ojito al que salte la valla porque se la carga seguro». Al lado hay un mirador asà que vamos a echar una ojeada al valle donde está Polientes, esa colección de casas dispersas que se adivina al fondo y un poquito hacia la izquierda.
Lo bueno de este valle es la de bichos que hay. Me llevé mis prismáticos y estuvimos echándole unas ojeadas a los buitres que revoloteaban sobre nuestras cabezas. Aquà se ven once, pero aún habÃa más.
Se supone que este panel indicaba todo lo que se puede ver desde el mirador. Se supone, porque antes que nosotros pasaron otros animalicos de dos patas con ganas de destrozar y ya véis cómo ha quedado.
Mientras caminábamos oÃmos un ruido de avioneta y de unos árboles salió una avioneta disparada, cruzando entre un campo de molinillos eólicos. Ole, con un par, esquivando esas palas de treinta metros de largo (es broma, por la foto parece estar cerca pero en realidad habÃa bastantes metros de distancia).
No lo sabÃa, pero allà hay un aeródromo pequeñito, se puede distinguir la pista como una lÃnea gris horizontal entre todos los árboles. Pues anda que no se han ido a buscar un sitio alejado y solitario para montarlo. Llegado a casa me puse a buscar información y la cosa parece de coña, pero el gobierno cántabro se gastó más de un millón de euros en construirlo, a continuación la Junta de Castilla y León autorizó el parque eólico justo delante y por lo visto no se puede usar el aeródromo. Si es cierto, me parece para mear y no echar gota…
Una mañana en Cabo Mayor (IV)
Tras darme un buen paseo por los alrededores de Cabo Mayor saltando entre rocas y viendo miradores en ruinas, me fui al faro porque ahà donde lo véis, el pirulo vertical será faro pero tanto el espacio cilÃndrico situado bajo él como esa especie de casita a la derecha son dos salas de exposiciones y me interesaba mucho ver lo que hay dentro.
Empiezo por la casita de la derecha, que tiene piso bajo, piso alto y sótano. En el piso alto se puede ver una exposición sobre el faro, su construcción, caracterÃsticas de los alrededores y todo eso. Interesante, pero poco si lo comparamos con el resto de salas.
El piso bajo y el sótano lo dejamos para la siguiente entrada asà que pegamos un salto y pasamos a la sala de exposiciones cilÃndrica situada justo bajo la torre. Allà podéis ver montones y montones de objetos relacionadas, como no, con faros.
Fijaros en las vitrinas de la pared. Esta es una, llena de mecheros, dedales ¡y hasta dos pinzas para la ropa! con inscripciones o dibujos sobre el tema estrella del dÃa.
En uno de los cuadros de la pared, montones y montones de billetes de loterÃa monotemáticos farÃsticos.
Botella de cerveza conmemorativa del faro de Ar-Men situado en Bretaña y al que tengo unas ganas de enormes de visitar.
Y quien no, viendo lo espectacular del mar en esta zona durante el invierno. Es que se me cae la baba sólo pensar en vivir algo asÃ.
Al lado de los billetes de loterÃa habÃa un barco colgado de la pared, otro ex-voto como esos que he visto colgados en medio de iglesias o ermitas.
Este ya indica bien claro que es un ex-voto y quien lo ha puesto allÃ. Mejor, un trabajo que me ahorran.
Ya véis cómo es el asunto, montones de objetos variados relativos a los faros. No muestro más asà tenéis una buena razón para acercaros por allà a echar una ojeada y luego tomar algo al sol en el chiringuito de al lado, que ahora en primavera se está de vicio. Dentro de unos dÃas veremos otra entrada con lo que habÃa expuesto en el otro edificio y damos por concluida la mañana en Cabo Mayor.
Este no ha vuelto
Poco a poco va volviendo la normalidad a los jardines de Pereda. Van desapareciendo las vallas, se va ampliando las zonas verdes y reaparecen los elementos que la obra del Centro BotÃn ocultó a nuestros ojos durante una temporada. Otros elementos como la antigua gasolinera han sido reconvertidos en cafeterÃa con terraza para uso y disfrute de todo el personal que pasea o lleva los niños al parque. Sólo falta que vuelvan los patitos del estanque y poco más. O eso creÃa yo, porque repasando fotografÃas de los alrededores me he dado cuenta que este cañón tampoco ha vuelto a su sitio.
Estaba situado frente a la grúa de piedra. Junto a él, un bloque de piedra homenajeaba a la Armada española y lucÃa una lista de marineros cántabros ilustres desde el siglo XIII al siglo XIX. Habrá qué ver qué pasa cuando por fin se acaben todas las faenas en estos jardines, porque no sé yo si éste volverá porque su lugar lo ocupan ahora la salida para camiones de las obras del Centro BotÃn, un paso peatonal y la entrada al túnel subterráneo. A ver si lo recolocan en otra esquina por allà cerca o simplemente pasó definitivamente a la historia.
Procesiones en Santander
No sabÃa yo que habÃa tanta devoción y tanta procesión en Santander, siempre pensé que no era una ciudad especialmente destacada en ese aspecto, pero esta semana santa echando una ojeada al periódico salÃa una lista de procesiones y aún eran unas cuántas. Como esos dÃas poco pasé por la ciudad ni me hubiera enterado, pero una tarde me dirigÃa a realizar una gestión cervecera en «La Dolores» junto a la plaza de Pombo, recién reabierto y con unas tapas bastante distintas a lo que es tÃpico por aquà además de estar bien buenas, al llegar por los alrededores veo un montón de gente, policÃa, tambores… me asomo y anda, mira tú quienes son…
¡Una procesión! Pues vamos a sacarle unas fotos a estos que llevan el paso y me apaño una entrada en el blog.
Los de arriba llevan un paso de unos cuántos kilos pero se reparten el peso entre varios. Este pobre que iba detrás se repartÃa con él mismo el peso de una cruz de madera con pinta de pesar unos cuántos kilitos además de ser poco manejable. En mi aviesa imaginación me imagino que cuando la cofradÃa se pone a preparar la procesión, se echan todos a por las túnicas y pobre aquel que le queda la de color oscuro. Supongo que de ahà vendrá el conocido dicho «me tocó la negra» indicativo de «menuda me ha caÃdo».
Y por si fuera poco iba descalzo. Eso es valor, una por lo que puedas pisar y otra porque como veréis en la gente, a esas horas no es que hiciera calorcillo precisamente. Lo intento yo y como mÃnimo me gano una pulmonÃa.
La Texas burgalesa (II)
En una primera entrada os comentaba mi llegada a Sargentes de la Lora, la Texas burgalesa. ¿De dónde viene ese nombre? Viene de que, aunque parezca increÃble, aquà tienen un campo petrólÃfero con sus pozos, su maquinaria para extraerlo y sus depósitos. En 1964 encontraron un yacimiento y eso hizo creer en una época de prosperidad y desarrollo para la región. Por desgracia ni habÃa suficiente petróleo ni era lo suficientemente puro como para ser rentable y aquello se quedó en un sueño como bien podéis leer en este interesantÃsimo artÃculo.
Esta era otra de esas visitas que tenÃa pendientes desde hacÃa un montón de tiempo, hasta que un dÃa se enciende la bombillita y hala, vámonos a La Lora. Cuando estás a punto de llegar al pueblo se ven cosas como esta.
Una máquina de extracción de petróleo trabajando en medio de un campo, con su depósito correspondiente al lado. Hay un montón de ellas asà que vámonos cerquita para retratarla en primer plano.
A estos cacharros les llaman «caballitos». En la parte izquierda tienen un motor alimentado directamente desde el pozo que mueve el balancÃn de arriba y un contrapeso enorme, supongo será el que le da la fuerza suficiente para moverse y seguir extrayendo.
A la derecha está el agujero, un émbolo que sube y baja junto con las tuberÃas por las que saldrá el petróleo hacia el depósito. Todo pringosillo y con un notable tufo petrolero por las inmediaciones, menuda peste daba aquello. No es un olor a granja de vacas pero tampoco resultaba agradable.
Foto del motor por si alguien tiene especial interés en verlo. No sonaba a coche o moto, sonaba más bien a tos de abuelo asmático. En otro pozo vi que McGyver debió hacer unas prácticas de mecánica por la zona, sobre el escape del motor se veÃa una lata recortada y enganchada con unos alambres para recoger que lo que pueda gotear. Caserillo 100% pero efectivo, que es lo que cuenta.
Según vayáis recorriendo el campo petrolÃfero esto es lo que se verá una y otra vez, pozos, pozos y más pozos, unos en funcionamiento y otros no. Unos con valla alrededor y otros totalmente despejados. Yo alucinando porque nunca habÃa visto nada similar, asà que a sacar fotos se ha dicho que estas cosas me encantan.
Finalizamos con vÃdeo de un pozo en funcionamiento para que veáis el lento movimiento del trasto y ese ruido a vespino del motor. No es muy glamouroso, no es como para hacer una pelÃcula de Hollywood pero contribuye a la cultura general del populacho (entre el que me incluyo).
Lluvia frÃa sobre foco caliente
Unos dÃas antes de semana santa se montaron los comerciantes del centro una «Open night», o lo que es lo mismo, un sábado en que abrÃan hasta las doce de la noche, habÃa entretenimientos, actuaciones musicales y otras historietas similares. Con lo que no contaban es con que el tiempo estarÃa bastante en contra, con lluvia a mares todo el dÃa (qué raro) asà que open night pasada por agua y algún grupo que iba a tocar en la porticada acabó tocando bajo los arcos de los soportales con público escaso y compuesto por los pocos animosos que habÃan salido a la calle pese a la horrible meteorologÃa.
No tocaban mal estos cuatro que estaban sobre el escenario, pero yo me fijé que al lado la lluvia caÃa sobre un foco empotrado en el suelo y se evaporaba en forma de humo suave. Me quedé hipnotizado viendo cómo desaparecÃan las gotas de agua y se evaporaban poco a poco. Cuando me quise dar cuenta los músicos saludaron, dieron las gracias y adiós muy buenas. Casi ni me enteré de la actuación. Qué se le va a hacer si uno es de entretenimiento fácil.
Tiempo de rabas
¡Yupi! ¡Yupi! ¡¡¡Por fin sol y calorcete, por fin tiempo primaveral!!! ¿Sabéis qué significa eso? Pues esto…
…y esto otro. A darle alegrÃa al cuerpo Macarena no vaya a ser que venga un mayo lluvioso a tocarnos las narices.
Tras todos los meses de invierno y lluvia esta primavera y este verano hay que aprovecharlo como si no hubiera un mañana, playa, papeos, excursiones, fotos, monte, rÃo, lo que me echen para coger todas energÃas que se pueda. Se recomienda que hagáis lo mismo, el invierno volverá dentro de unos meses pero seguro que os importa menos y se hace más corto. Avisados estáis.