Fiestas en Santander

Como ya sabréis todos son las fiestas de Santiago en Santander. Eso quiere decir feria en el Sardinero, fuegos artificiales ayer, la ciudad llena de casetas, conciertos en la Plaza Porticada, conciertos en la campa de la Magdalena, etc…
Conciertos en la Porticada
Pero mira tú por donde este año me ha pillado escaso de ganas y prácticamente ni me he pasado, ni les hago el menor caso. No tengo muchas ganas de barullo, de montones de gente apiñada en torno a las casetas, de música a todo trapo en los altavoces callejeros y todas esas cosas que implican las fiestas.
Sillas para el concierto
Es más, estuve uno de los primeros días y se me ocurrió pedir un pincho moruno en una caseta. Me dieron tres maravillosos trozos de carne llena de nervios, quemada y con una salsa por encima cuyo regusto permaneció conmigo hasta el desayuno del día siguiente, así que el concepto «casetas» lo aparcamos definitivamente hasta el año que viene y en 2016 dios dirá.

Monumento en Unquera

Cada vez que paro en Unquera casi voy a tiro fijo a lo mío. A papear lambonadas, evidentemente. Siendo de allí las famosas Corbatas de Unquera es obligatorio hacer un stop, sentarse a tomar un café y dar cuenta de un par de ellas. Si es un lugar tranquilo con terracita, mejor que mejor.
Confitería en Unquera
Eso no quita que una vez repuestas las energías pertinentes y saciada la necesidad de dulce me dé un garbeo por el pueblo para ver puentes, pintadas o lo que se tercie, como en este caso un monolito de piedra que en principio pensé que sería un banco para sentarse, luego una mesa donde hacer picnic pero finalmente creo que es un monumento conmemorativo a juzgar por la placa que aprecia en la parte derecha.
Monumento en Unquera
En esa placa está una dedicatoria a José María de Cos, de quien intenté buscar sus hazañas en internet pero se me complicaron las cosas al aparecer con ese nombre desde un ex-alcalde de Cabuérniga a un arzobispo de Valladolid nacido en Terán (Cantabria) o incluso el antiguo jefe de los servicios médicos de la Seat. Lo escueto de la placa francamente tampoco es que ayude mucho. Habrá que preguntar la próxima vez que pase por el pueblo, a ver si me sacan de dudas.
Placa del monumento

Veo humanos, no humanidad

Y vamos con otro detalle que se puede ver en exterior de un local comercial, esta vez en Bilbao. Mural con niño, ovni de los marcianos y frase para pensar arriba a la derecha: «veo humanos, no humanidad». Gran verdad, cada vez cada uno más a su bola, más individualismo y a los demás que les den. Malo es el camino por el que vamos y pocas ganas se ven de cambio.
Mural en una puerta de Bilbao

Pienso en ti

Pues mira qué bien, que el número 13 de la calle Madrid en Santander piensa en mi…
Portal en la calle Madrid de Santander
Supongo que será algo correspondiente al negocio que había antes allí, ese que ya no está ni tiene nada que me permita saber a qué se dedicaban. Pero hasta que averigue lo que fue en su día, seguiré pensando que la pared de ladrillo cara vista piensa en mi todos los días. Porque yo lo valgo.
Pienso en ti 13

Dedicado a los bolos

En esta comunidad, lo de los bolos ya es devoción. Hay boleras por todos lados, ligas, competiciones, escuelas, etc. En Astillero también tienen las suyas, esta es la que hay en el Parque de la Planchada. Fue reformada hace poco pero tiene su historia porque la original fue construida ni más ni menos que en 1877. Es decir, ya había afición al tema hace casi 150 años.
Bolera de El Astillero
A la izquierda, bajo el arbol, vi algo que sobresalía así que allá voy directo a echar una ojeada. Es un busto en recuerdo de Francisco Peña «por su gran dedicación a los bolos». Según fui averiguando luego se trataba de un vecino de la localidad que a pesar de una discapacidad física se encargaba de limpiar y cuidar la pista así como organizar y ordenar los partidos.
Estatua en la bolera
El busto es obra de Jesús Gimeno, autor también junto a José Antonio Barquín del Monumento a los Pescadores que hay en un muelle allí al lado y que ya salió aquí alguna vez.

La colegiata de Castañeda (III)

Volvemos a la colegiata de Castañeda para ir viendo poco a poco detalles del interior. Primero unas cuántas inscripciones enjundiosas que había en las paredes como si hubieran pasado Mr.Wonderful y sus frases chorras por allí. Va la primera: haz aquello que quisieras haber hecho cuando mueras. Pues mira, gran verdad, procura hacer lo que quieras y vivirás mejor, más feliz y menos frustrado. Señores del gobierno, háganme una transferencia urgente (y abundante) a mi cuenta que la buena vida es muy cara.
Inscripción en la pared II
«No hay cosa que más despierte que dormir sobre la muerte». Qué cada uno lo interprete cómo quiera, vamos a pensar que hace referencia a lo vivo que se siente uno cuando hace barrabasadas con riesgo como las de los ojos del diablo o similares en que te sale la adrenalina por todos los poros.
Inscripción en la pared III
Esta ya es un poco más complicada de descifrar, pero creo que en resumen viene diciendo que si sois buenas personas debéis mandarle un mensaje al gobierno para que me hagan una transferencia urgente (y abundante) para poder dedicarme a la buena vida que me merezco.
Inscripción en la pared I
Columnas, columnas y columnas, algunas con una decoración tan curiosa como esta de dos bichos con cuerpo de cosa rara alada y las colas entrecruzadas, clara señal de que se quieren, algo que confirman esos ojitos y esa mirada lánguida que se dedican.
Dos figuras en una columna
Otra más con un centauro cazando una cabra a flechazos. Hay que ver el curre que pasaban para rematar una sola columna pero es que hay un montón y casi todas van rematadas con algo así.
Unicornio con arco
Una que varía, un innovador pasó por aquí. La decoración no sólo va en la parte superior de la columna sino también en la parte central.
Columna con cabeza
No sé qué bicho será… pero a mi me recuerda alguno de los Teleñecos. Menudos ricitos y menuda cara de mala leche le han dejado.
Cabeza en la columna
Esta también, pero en vez de salir un bicho salen dos. Uno es un león y otro una persona. El león es el de arriba y el de abajo tiene cara de no gustarle el asunto. Aunque sus brazos estén apoyados sobre los hombros del león dudo mucho que sea para dar unos pases de baile. En los documentales de «La 2» que veo a veces sobre leones en la sabana, en el Serengeti o alrededores (esos documentales impagables para dormir la siesta), el bicho que está debajo del león suele acabar muy malamente así que no me extraña que al de abajo se le haya quedado de todo menos cara de alegría.
León zampándose una persona

La rotonda del romano

Esto de hacer turismo Cantabria arriba y Cantabria abajo es bueno hasta para culturizarse. Veamos un caso: llegando a Los Corrales de Buelna aparece esta estatua.
Rotonda de Marco Vipsanio Agripa
Evidentemente me bajo, saco fotos desde un lado, desde otro, la rotonda enterita, el romano a caballo…
Estatua de Marco Vipsanio Agripa
…y como no, la placa que tiene en su base porque sino luego ni me acuerdo de quien era, ni cómo se llamaba ni dónde estaba.
Cartel en la estatua
Por curiosidad se va uno a la Wikipedia y me entero que el pimpollo este fue un general romano que le llevaba los temas militares al emperador César Augusto e intervino en las Guerras Cántabras para someter finalmente todos los pueblos del norte de la península. Lo mismo valía para un roto que para un descosido, porque le encargaron construir el Teatro Romano de Augusta Emerita (Mérida) y ya véis el resultado.

La estatua es obra del escultor Salvador G. Ceballos, autor entre otras del encuentro entre el purriego y el lebaniego o el abuelete pescador de Suances. Fue inaugurada en 2007 y si os interesa verla en vivo y en directo aquí esta la situación en Google Maps.

Premio al edificio raro

Si existiera ese premio, bien se lo podrían dar a este edificio de Burdeos porque ya les ha quedado rarito, ya. Lo vimos de refilón mientras paseábamos por una calle del centro. La parte inferior se ve bastante normal, pero luego le han colocado encima esa torre cilíndrica de lo más ortopédica.
Torre extraña en Burdeos I
Apartamentos no creo que sean, porque no te cabe ni la cama. Oficinas lo dudo también, porque metes la mesa y no cabe la silla. Tiene ventanales, tiene balcones, pero esa forma me deja descolocado. Hasta pensé si sería una torre de los bomberos para poder divisar la ciudad desde lo alto y detectar cualquier posible fuego. Con el Google Maps fui viendo todas las sedes de los bomberos de Burdeos pero no corresponde con ninguna.
Torre extraña en Burdeos II
Otro motivo más para volver a la ciudad, buscar el edificio y enterarme bien de su historia. Si a eso le sumas que tengo ganas de ver la cercana bahía de Arcachon y los viñedos hacia el interior, cada vez hay más razones para programar una nueva visita.

Bien lejos de aquí

Aunque no lo parezca porque el blog siguió funcionando normalmente y no dije nada no fuera a ser que los amigos de lo ajeno aprovecharan para hacerme una visita inesperada por casa, la semana aprovechamos para pegar una saltito en avión y largarnos a casi dos mil kilómetros de Santander.
Avión al atardecer
Aquí vienen las pruebas demostrativas de tal hecho, empezando por la típica foto desde lo alto mientras el sol se oculta en el horizonte.
Avión en vuelo
¿Donde nos fuimos? A Lanzarote, destino que no destaca por sus dimensiones ni por la cantidad de cosas que ver pero que nos venía perfectamente para lo que queríamos, una semana de no pegar un palo al agua. Suite en un hotel con salida directa a la piscina, para asolearnos a gusto un rato y chapuzar como patos al minuto siguiente.
Hotel en Lanzarote
Punto dos: gastronomía. Un poco más y salíamos a una de estas cada día. Desde hace años me declaro devoto de las parrilladas de pescado de las Islas Canarias, tienen unos cuantos pescados (cherne, bocinegro, vieja, antoñito…) que no he visto por aquí y están de miedo.
Parrillada de pescado
Algo de tiempo que sobró también aprovechamos para lo que suele hacer la gente, ver volcanes, traernos una piedrita de lava de recuerdo, ir de cervezas a bares para guiris donde tocan grupos en directo, etc. Ni montañas, ni caminatas, ni ná de ná: sol, papeo, turismo, cervezas y así es cómo se recargan pilas para una buena temporada.
Volcán de Lanzarote
Por increíble que parezca, aún así me traje casi MIL fotos y un montón de historias que contar, de modo que iros preparando porque dentro de poco empezarán los relatos novelados de las aventuras isleñas…

Viérnoles

Unos tres kilómetros al sur de Torrelavega nos encontramos con el pueblo de Viérnoles. Aparece definido como «conjunto monumental» y cuando fui a verlo me quedé bastante sorprendido, no para bien todo sea dicho, porque esperaba otra cosa. Lo de «conjunto monumental» vendrá porque hay una acumulación de casas palaciegas, pero la mayoría en un estado de conservación manifiestamente mejorable.
Casona ruinosa en Viérnoles
Esta es la Casa de Sánchez de Bustamante, también conocida como Casa de los Leones. Construida hacia 1750 con estilo barroco, tres arcos en la entrada y se ve la parte inferior de la balconada apuntalada porque sino igual se cae. En el lateral de la fachada que da a la carretera luce un escudo de armas con dos leones coronados a los lados, de ahí el sobrenombre de la casa.
Escudo en la fachada
Fijaros también cómo está el techo, con las vigas torcidas. Las tejas parecen nuevas, pero esa parte baja del tejado me da muy poca confianza.
Detalle de la casona ruinosa I
Arriba se veían un montón de palomas descansando. Aquí se ve la más lista, que para echarse la siesta escoge un lugar bien a resguardo en vez de a la intemperie como las demás.
Detalle de la casona ruinosa II
Foto de otro de los lados. Pared de piedra con grietas reparadas a base de «tiritas» de piedra. Lo dicho, aquí se necesita una reforma urgente ya…
Pared con grietas

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.Más información sobre las cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies