Prohibido saltar sobre los peces

O por lo menos eso es lo que entiendo yo cuando veo esta señal de Castro Urdiales. Un tío saltando de cabeza y cayendo sobre un pez, que seguramente acabe lesionado (el pez, se entiende). Ya es mala puntería, saltar de cabeza y causarle un esguince cervical a una lubina. Yo intentaría saltar con la boca abierta y trincar la lubina, que al horno o a la sal están de miedo y caballo regalado ya se sabe lo que pasa. Si fuera un mero o un besugo, salto con la cabeza, con las piernas, con una red, con un arpón y con una mina marina si fuera menester, porque esos ya son palabras culinarias mayores.
Señal en el puerto

El día del casi-casi

Ya no recuerdo donde fue, pero un día llegó a mis manos un folleto del Espacio Natural de Las Tuerces que viene siendo un monte lleno de piedros de esos con formas curiosas creadas por la erosión. No tenía ni la menor idea de la existencia de este lugar, y eso que está muy cerca de Aguilar de Campoo, donde ya he ido más de una vez. ¡Esto hay que verlo! Bastó esperar al primer domingo de tiempo no playero y allá nos fuimos, un servidor en perfecto orden de marcha y la señora parienta con una rodilla renqueante producto de los excesos de ejercicio. Y mira que se lo digo, que el ejercicio es malísimo, que nunca vi morir a nadie tomando una cerveza en la barra del bar mientras que no falta el año en que el periódico informa del fallecimiento de alguien haciendo footing. Incluso cuando vivíamos en nuestra casa de Galicia un ciclista se desmayó justo delante del portal tras subir el repecho que pasaba por delante. Vino la ambulancia pero allí quedó tieso, nada pudieron hacer por salvarlo. Yo en cambio sentadito en mi porche con la cervecita, como un señor y sano como una manzana…

A lo que íbamos, que me pierdo: Las Tuerces, ese lugar lleno de piedros. Pasamos Aguilar de Campoo, nos desviamos hacia Valoria de Aguilar, luego hacia Villaescusa de las Torres, continuamos por una pista de tierra y aparcamos en este paraje, justo delante ese coche negro que se adivina más que verse y en el que tres excursionistas recogían para irse ya. Eso sí que son verdaderos montañeros, gente que madruga y sube montes por la fresca. Yo, como dominguero que soy, a mediodía, mal equipado y con escasas ganas de cansarme gratis.
Caminando por Las Tuerces I
Desde donde se deja el coche el camino no es complicado. Un tramo de subida con curvas, luego viene este otro tramo (foto sacada desde arriba). Creo que se puede subir con el coche, si hubiera traído mi Clio lo hubiera metido sin problemas pero con el Polo mejor no arriesgar, que es de la parienta y si le hago un rasguño me lo puede estar echando en cara cienes y cienes de años.
Caminando por Las Tuerces IV
El entorno es precioso para quien le gusten las piedras. Monte bajo, un pinar enorme y rocas a punta pala.
Caminando por Las Tuerces II
Piedros, piedros y más piedros. Lo ideal hubiera sido empezar a caminar por ahí, subirse a las rocas, ver el panorama desde lo alto de esa piedra… peeeeeeeeroooo… con una parienta convaleciente de un esguince de rodilla mal asunto era arriesgarse a cascar la pierna entera, así que aquello fue ver pero no ejercer de cabra montés.
Caminando por Las Tuerces III
Llegado al final de la subida la cosa prometía muy buenas vistas. Lo propio hubiera sido irse hasta esa piedra que se ve ahí a la derecha, pero como no se podía, a jorobarse tocan y lo dejaremos para la siguiente visita. Si no me equivoco esas montañas del fondo deben ser la sierra de Híjar o Alto Campoo.
Caminando por Las Tuerces V
Así se ve desde abajo. No estaría mal situarse justo encima de la puntita de esa piedra sobresaliente. Mejor mirador no voy a encontrar, seguro. Una pena no poder pero estas cosas son como son, mejor aguantarse un mes hasta que le cure la rodilla que no acabar de romperla y pasarse un año sin poder subir más montes.
Caminando por Las Tuerces VI
Seguimos dando vueltas por una pista forestal, vimos girasoles a mazo, comimos moras enormes y maduritas, acabamos llegando hasta el final del Cañón de la Horadada, un cañón creado por el río Pisuerga que nace unos cinco kilómetros al norte de Aguilar de Campoo y pasa por aquí. Además del desfiladero hay una vía del tren por un lateral, una central hidroeléctrica abandonada, mucho que ver y mucho que fotografiar cuando podamos pegarnos una caminata como está mandado.
Caminando por Las Tuerces VII
La parte superior de los montes anticipa la posibilidad de ver buitres u otros bichos y buenas panorámicas. Para cuando las rodillas estén en buena forma se quedarán.
Caminando por Las Tuerces VIII
Y por si fuera poco, en lo alto se divisa alguna cueva. Un mapa que llevaba indica la existencia de más de una. Casi, casi. Ibamos a ver un montón de cosas y las vimos, sí, pero casi, casi llegamos, casi, casi, subimos, casi, casi, saco un montón de fotos. Para la siguiente visita se queda todo.
Caminando por Las Tuerces IX

Ganaderos no más incendios

Estos días hay un enorme incendio forestal que amenaza varios pueblos del sur de Cantabria. Me recordó un poco a los veranos en Galicia, que era un sinvivir con tanto fuego. Año tras año ardían las cuatro provincias y casi todos eran provocados. Le echaban la culpa a los ganaderos por quemar fincas para regenerar los pastos, a las industrias madereras por quemar los bosques para comprar madera a bajo precio, a los pirados que quemaban lo que se les ponía por delante por puro gusto y sabe dios a quien más. Por suerte aquí en Cantabria no he visto casi incendios (lo cual no quiere decir que no los haya) así que tampoco he visto polémicas sobre su autoría excepto una vez, cuando bajábamos de haber visitado El Soplao y nos dirigíamos a no recuerdo qué pueblo. Una pintada en el suelo hacía referencia al tema con un «Ganaderos no más incendios». Ojalá que salvada la excepción que os mencionaba al principio, siga así durante mucho tiempo porque tanto bosque, monte, hayedo y demás es una verdadera joya.
No más incendios

Girasoles múltiples

Hace unos días apareció un domingo con tiempo medio revuelto no apto para playa así que nos subimos al coche y tira millas hacia el sur para ir abriendo boca de los paseos que nos daremos en cuanto llegue el otoño. Fuimos a una zona de Palencia limítrofe con Cantabria y fue el viaje del «casi, casi» que ya os explicaré otro día. Entre las cosas que me dejaron asombrado una de ellas es la cantidad de girasoles que hay por allí. Campos y más campos, y más y más campos llenos de unas flores que otra cosa no sé, pero fotogénicas, alegres y coloridas son un rato.
Campo de girasoles
Hasta donde alcanzo a comprender un girasol es una flor grandota sobre un tallo bastante potente. Un tallo, una flor. Pero no. Esta vez pude comprobar que hay tallos con cabeza múltiple. Pero no una ni dos, de éste creo que salían ocho cabezas o más.
Girasol múltiple I
Aquí lo tenéis un poco más ampliado. ¿Será una raza especial creada por los de Pipas Facundo para maximizar la producción? Pues se deben estar haciendo de oro, porque la última vez que vi el precio de una bolsa de pipas en el supermercado me quedé asustadísimo al comprobar que andaba por los dos euros veinte. Trescientas sesenta y seis pelas una bolsa de pipas de aquellas que yo recordaba a cien pesetas. Madre mía, si parezco el abuelo Cebolleta…
Girasol múltiple II

A por el Tres Mares (IV)

Cuarta sesión de fotos dedicada a la subida del Pico Tres Mares. En la entrada anterior me quedaba más o menos a un tiro de piedra de la cima, con estas vistas, sol y una niebla que iba y venía.
Vista desde el Tres Mares
Ya digo que buenas vistas hay todas las que queráis, una peña ahí a un lado… ostras, si tiene una cruz justo encima. En cuanto acabe con el Tres Mares me vengo para aquí, subo a este otro y hago un 2×1 hoy.
Peña con cruz en lo alto
Por fin… los diez últimos metros con ese mirador para disfrutar del panorama como un señorito.
Mirador de Tres Mares
Al principio de las escaleras que se ven en la esquina inferior derecha de la foto anterior había una especie de lápida (que no creo que lo sea porque a ver quien es el guapo que viene a enterrar alguien aquí) con una inscripción y tres años: 2009, 2011, 2013. Seguramente sea porque vienen a esta ruta cada dos años. Pues que se den prisa porque en 2015 va tocando de nuevo.
Losa con inscripción
¿A qué no os imagináis qué me encontré en el mirador del Tres mares? ¡Un belén de hierro oxidado! Muy original, un poco hecho polvo, con unas letras en el fondo y el suelo, la Virgen y San José pero faltaba el niño Jesús. Justo debajo otra placa en recuerdo de alguien fallecido. Otra cosa no sé, pero placas conmemorativas por aquí hay un buen lote.
Belén y placa conmemorativa
En lo alto de muchas montañas colocan una cruz. En lo alto de esta había un pincho especial para ensartar paracaidistas. Igual es un pararrayos y yo sin saberlo…
Pincho y buzón de montaña
A su lado el típico buzón de montaña, con una compuerta corredera y un mensaje en su interior, mensaje que extendí para salir en la foto y luego devolví a su sitio porque uno es medio asilvestrado pero respetuoso con los demás. Jürgen, Covi, Guillermo, Estela, Richar y Luciano, un saludo para todos. Bueno, uno para cada uno que luego me llaman roñica.
Buzón de montaña y nota
Sobre el buzón otra inscripción más haciendo referencia a los 2175 metros de altura que tiene el monte y una fecha, 18-8-1996. Probablemente será cuando instalaron el buzón.
Inscripción en el buzón de montaña
Fijaros qué vistas más increíbles… una gozada estar en lo más alto, apoyado tranquilamente, al sol, escuchando sólo el viento y con la mirada en el horizonte. ¿Os acordáis de Peña Labra? Es esa montaña de arriba a la derecha.
Peña Labra
La había mencionado anteriormente porque su cima es muy curiosa: completamente plana. Me entraron ganas de ir hasta esa plataforma que tiene en lo más alto a echar una ojeada pero claro, si le digo a la parienta que ahora hay que ir hasta ese punto me tira del Tres Mares abajo.
Cima de Peña Labra
Había montes con formas curiosísimas. Fijaros en esos cuatro, parece que tuvieran un torreón de piedra en la cima.
Montañas curiosas
Os pongo ahora una panorámica para que veáis como es el Pico Tres Mares desde el monte de enfrente (el de la cruz de la segunda foto). Todas las demás montañas alrededor, a la derecha el aparcamiento y las nubes que vienen y van… un gustazo. Manda huevos que no haya venido aquí en los cuatro años que llevo en Cantabria, si esta excursión debería ser de obligado cumplimiento meterla entre las primeras por lo sencilla que resulta y lo impresionante de todo lo que se ve, tanto por el camino como en lo alto…
Panorámica desde el Pico Tres Mares

Llega el final del verano

¿Y nos vamos a deprimir? Noooo, que va, cuando se vaya el calorrón (aunque este año poco ha habido por aquí) volverán las excursiones, las subidas a montañas, las vistas desde lo alto como esta desde el puerto de Piedrasluengas… hala, vamos a ir calentando músculos, sacando la cámara de su bolsa para recordar qué hacían los botones que tiene por encima y ¡a disfrutar se ha dicho!
Vista desde el puerto de Piedrasluengas
¿Y el otoño? ¿Y los hayedos? ¿Y el Saja? ¿Y los mares de nubes? Aaaaay, que me pongo cachondo sólo de pensarlo…

Las cuevas del queso

De vuelta de Poncebos veo a mano derecha este puente sobre el río. Vamos a parar, que nunca se sabe donde puede uno conseguir una buena foto. Además estos puentes colgantes siempre me encantaron, sobre todo si voy acompañado para ponerme a pegar saltos mientras veo la cara de horror de quien viene conmigo. Garantizado que deben estar bien hechos porque no se caen. Si de pronto algún día este blog se deja de actualizar súbitamente y no hay respuesta, quizá es por un puente que no estaba del todo bien hecho o el mirador del cable ha cedido finalmente ante mi tonelaje.
Puente sobre el río
Foto, lo que es foto, no saqué ninguna especialmente interesante. Bien porque no la había o bien porque cuando paso por aquí suele ser de vuelta de pegarme alguna caminata de impresión, hecho polvo tras alguna ruta montañera, con lo cual ni tengo los sentidos despiertos ni ganas de moverme mucho para experimentar con la cámara. Además del río retraté el bar que hay en la orilla por dos razones, una para recordar exactamente el punto donde estaba y otra porque aquí se vende queso natural 100%.
Casa Julián
¿Qué cómo lo sé? Porque unos metros más adelante hay un aparcamiento donde dejo el coche cuando paro aquí. Justo enfrente se puede ver un agujero en la roca con una valla cerrándolo y un cartel indicador de cueva para la maduración del queso y venta en el bar.
Cueva de maduración del queso
Más de uno se preguntará qué hacen los quesos metidos en cuevas. Pues nada, parece ser que es el lugar ideal para curarlos debido a las condiciones de temperatura y humedad, así se hace por ejemplo el afamado queso Gamoneu. Si queréis culturizaros, echad una ojeada a este video donde se puede ver una de esas cuevas queseras.

Una sorpresa con alas

Algunos de vosotros ayer a media mañana habréis notado un estruendo que provenía del cielo. A mi me pilló en la playa de Somo. De pronto noté un ruido de aviones que no me resultaba familiar. Vivo cerca del aeropuerto y más o menos ya tienes calados los aviones habituales, pero estos eran distintos. Aparecieron dos puntos pequeñitos allá a lo lejos. Avión pequeñito y mucho ruido, no tiene fallo = avión del ejército. Bueno, de la Armada, porque eran un par de Harrier, inconfundibles por su silueta particular y porque a veces vuelan muy lentos gracias al sistema de despegue vertical con el que incluso pueden pararse en el aire. Menudo inventazo, imagínate que eres piloto de uno de estos aparatos y te da uno de esos retortijones asesinos mientras vuelas. Con un avión normal, date por jodido. Con este podrías parar en el aire, abrir la carlinga, sacar el culo fuera y aliviarte bien aliviado. Todo un detallón.
Avión Harrier de la Armada
Debían estar de prácticas. Pasaron por encima de la bahía, pasaron por encima de la playa, subieron, bajaron, se dirigieron al aeropuerto, otra pasada, vuelta en dirección a Parayas, todo con un estruendo tremendo. En un festival aéreo de los que hacen en Vigo había visto una pareja de F18 y aquellos montaban una escandalera que ni un fórmula 1. Pues estos más o menos lo mismo. ¿Porqué andarán por aquí? Ni idea, pero en 2009 durante los actos del día de las Fuerzas Armadas ya hicieron una demostración en el Sardinero, a ver si con un poco de suerte vinieron a reconocer el terreno para hacer otra por el estilo.

A eso de las siete estaba pensado acercarme al aeropuerto para ver si seguían allí, con un teleobjetivo y el sol poniéndose por el oeste seguro que salían mas de una y más de dos fotos buenas. Peeeeero… ni tiempo tuve. De nuevo oí ese ruido tan particular, unos segundos después aparecieron dos puntitos en el cielo que se fueron acercando y empezaron a dar vueltas por el cielo. Otra pasada, otra pasada más y adiós muy buenas. Es probable que vinieran a Santander, comieran por aquí y se volvieran ahora a su base, así que ya ni me acerco al aeropuerto y os toca conformaros con una foto de los aviones sacada de internet. Qué se le va a hacer.

Encierros en Ampuero

Si sois de los que os gustan ver toros, encierros, fuegos artificiales y fiesta apuntad bien las fechas que salen en el cartel porque a principios de septiembre empieza el jolgorio en Ampuero con unos encierros de los de gente corriendo por las calles con toros detrás. Recuerdo hace años haber pasado por allí sin saber del tema y alucinar porque parecía San Fermín en pequeñito.

También habrá la festividad de La Virgen Niña con la procesión nocturna de las antorchas, aquí podéis ver una descripción de cómo es el asunto y fotos del evento. Que se haya ido agosto no quiere decir que se acabe la diversión…
Encierros de Ampuero 2015

El depósito de agua

Muy cerquita de la rotonda de los osos y frente al Palacio de Riva-Herrera se puede ver este edificio, que así de buenas a primeras no parece tener nada especial.
Abastecimiento de aguas de Santander
No parece… pero sí lo tiene, porque alberga varios depósitos de agua que abastecen a la ciudad y es la sede del Museo del Agua de Santander. Si echáis una ojeada vía Google Maps es muy fácil darse cuenta dónde están situados los depósitos.
Placa en el edificio de aguas
Ahí tenéis el año en que se construyó: 1884. El museo abre de 15 de junio al 15 de septiembre así que aún estáis a tiempo para verlo, se puede concertar cita llamando al 942 357 399.
Entrada en el suelo
Dentro os enseñarán la historia del abastecimiento de agua a Santander desde aquella época a nuestros días, también cómo se capta en las montañas para su uso y distribución antes de devolverla al Cantábrico y, lo mejor de todo, los depósitos llenos de bóvedas de ladrillos para sostener la estructura con una capacidad de 16.000 m3. Hay una foto en la página correspondiente de la Fundación Santander Creativa y tiene muy buena pinta la cosa.
Fuente de 1996
Como de momento aún no fui a visitarlo (supongo que por variar lo dejaré para el último día) me tuve que conformar con fotografiar el exterior del edificio así como las entradas subterráneas de la foto de arriba, esta fuente de agua potable colocada frente a la entrada que no sabes si es una pieza histórica o para que la gente beba y el busto de un caballero puesto en medio del jardín de un edificio anexo. Debido a la distancia no acierto a leer de quien se trata, pero no hay problema porque en breve espero enterarme.
Busto en el jardín

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