A por el Tres Mares (II)

Primera actividad al llegar al aparcamiento del Tres Mares: echarle una buena ojeada al refugio que está allí al lado. Pelín ruinoso, pero qué le vamos a hacer. Este es el aspecto general.
Refugio en Tres Mares
A la izquierda una placa recuerda al ingeniero Evaristo Lavín del Noval, que ideó y realizó el refugio.
Placa en el refugio I
Si por fuera está algo dejado, por dentro no os quiero ni contar. Qué pena ver cómo la gente va arrasando por donde pasa.
Interior del refugio
Del otro lado hay varias placas: un escudo a la derecha, Santo Domingo de la Calzada y sus gallinas a la izquierda y una poesía de Gerardo Diego en el centro.
Otra placa en el refugio I
Este es el poema, creado por petición de Evaristo Lavín al propio Gerardo Diego en el verano de 1964 y grabado en una losa de la pared.
Otra placa en el refugio II
La segunda actividad a realizar desde aquí es subir esta primera colina situada tras el refugio porque allá en lo alto hay un monumento con una cruz.
Subida hasta la primera cruz
Pasito a pasito y sin prisa, que luego nos espera otra subida bastante más potente, acaba uno llegando hasta arriba para contemplar la cruz. ¿Porqué el fondo está blanco? Pues porque mientras subía llegó de pronto la niebla y donde antes había unas vistas impresionantes pasó a haber un manto blanco que no dejaba ver tres en un burro.
Cruz con niebla
La cruz también tiene su placa, pero entre el desgaste y los rayazos que le han hecho no se lee, hay que descifrarla. Pone «A Mariano García López, que esquía ahora en las altas cumbres de la eternidad. 11 de febrero de 1982».
Placa de la cruz
Lo de la niebla fue alucinante. Mientras subía hacia la cruz fijaros cómo se puso la ladera justo detrás. Como si hubiera llegado una nube, se frenara y empezara a escurrir lentamente hacia la izquierda.
Llega la niebla I
Viendo hacia atrás, hacia el aparcamiento, el panorama era muy similar. Un nubarrón amenazando cubrirlo todo. Que te pase esto mientras vas de ruta por una montaña tiene que ser una risa de cuidado…
Llega la niebla II
Aproveché el móvil para sacar una panorámica de más de 180 grados desde la cruz, como siempre pinchar en ella para verla mucho más grande. El centro despejado y por los lados una niebla densa con ganas de chafarme las vistas y las fotos. Por suerte se contuvo y no fue así.
Panorámica con niebla por todos lados
Antes de finiquitar la entrada no quiero privarme de contaros porqué este pico se llama «Tres Mares». Bueno, como la Wikipedia lo explica perfectamente vamos a copiar y pegar así me ahorro un trabajo…

«El pico Tres Mares es una montaña bastante particular, pues su ubicación geográfica en la divisoria de tres cuencas distintas lo convierte en la única montaña de España que vierte el agua de sus laderas hacia los tres mares que rodean a la Península: su ladera oeste vierte al Nansa, que desemboca en el mar Cantábrico; su ladera norte desagua a la cuenca del Híjar-Ebro, que desemboca en el Mediterráneo, y su cara sur vierte aguas al Pisuerga, que uniéndose al Duero desemboca en el Atlántico».

El día de San Roque

Hoy es el día de San Roque, afamado santo patrono protector ante la peste y toda clase de epidemias. A él tendríamos que encomendarnos más de una vez este verano porque hay veces que se pone a tu lado en la cola del supermercado o en alguna aglomeración algún elemento de esos que madre mía, la última vez que tocaron el agua debió ser por equivocación y menuda peste van desprendiendo.
Imagen de San Roque
A San Roque ya le he dedicado unas cuántas entradas a cuenta de la cantidad de estatuas y dedicatorias a su nombre que se ven por Cantabria adelante. Aunque sea su festividad, el día no es festivo. Ayer si lo fue y en mi inmensa ignorancia pensé que era el día de la Bien Aparecida, la patrona de Cantabria.
Imagen de la Bien Aparecida I
Pero no. Con esto del verano, de las vacaciones de la parienta y del descontrol en los días llega un momento que uno se lía, porque la Bien Aparecida es el 15, sí, pero de septiembre. Siempre que veo una imagen de esta virgen me llama mucho la atención por sus dimensiones, como veis en las fotos ponen mucho manto pero la imagen es muy pequeñita. Esta es la que luce en la catedral de Santander. No sé si podría entrar en el Guinness de los récords como la de menor tamaño, si no lo es debe ser por poquito.
Imagen de la Bien Aparecida II

Faro Pechiguera

Uno de los objetivos que tenía marcados con una X bien gorda en la lista de cosas que hacer en Lanzarote era visitar el faro Pechiguera, al sur de la isla en Playa Blanca. Realmente hay dos faros, pero el de Punta Delgada se me escapaba del alcance al estar situado en el islote de Alegranza, un poco a desmano y un poco abandonado así que tuve que desquitarme fotográficamente con el otro. Bueno, con el otro no, con los otros, que aquí también hay dos.
Faros de Punta Pechiguera
Están juntitos el viejo y el nuevo, uno de 1866 y otro de 1986 (creo, según pone en una placa), uno en ruinas, tapiado y comido por la salitre, el otro en bastante mejor estado pero mucho más soso.
Diferencia entre ambos faros
Para ser Bien de Interés Cultural desde 2002 es una pena cómo está conservado el faro antiguo. Tapiado como decía antes, todos los hierros oxidados, con la linterna rota, sin cristales, ni bombilla ni nada de nada.
Faro antiguo
Se nota que por esa zona llegó la crisis y llegó con ganas, qué cantidad de urbanizaciones a medio acabar y con aspecto de abandonadas había en los alrededores. Esta, sin ir más lejos, justo al lado.
Urbanizado pero abandonado I
Casas así había a docenas. Hecha la estructura, levantadas las paredes y ahí se quedó la cosa.
Urbanizado pero abandonado II
También se veían calles urbanizadas, con farolas abandonadas y rotas frente a parcelas listas para construir en las que no había más que piedras. Playa Blanca me dio la impresión de ser un pueblo que se puso de moda, construyeron o se prepararon para construir en todo cuanto terreno había libre, de pronto llegó la crisis y adiós muy buenas, se queda todo como estaba a la espera de reanudar algún día la actividad. Hasta entonces ya véis qué pinta tienen algunas calles, con árboles saliendo de las aceras.
Urbanizado pero abandonado III
Aquí hay otro faro que también retraté aunque no cuenta para la lista. Está en un puerto, parece un faro, tiene forma de faro, pero no vale.
Faro de Marina Rubicón I
¿Porqué? Pues porque es un bar en el puerto deportivo de Marina Rubicón, tan bien hecho que da el pego. Sólo faltaría que alumbrase por la noche, algo que no pude comprobar porque nunca me coincidió andar por aquí una vez hubiera anochecido.
Faro de Marina Rubicón II

El torito de sopetón

Otra de las cosas olvidadas que resucitan mientras aprovecho los escasos quehaceres veraniegos para repasar el catálogo de fotos: un torito de sopetón, porque nos pilló en plena autovía camino de Madrid. No era cosa de parar que ya íbamos tarde y en estos casos se hace lo que se puede: al verlo a lo lejos orden del alto mando a la señora parienta para que saque la cámara y dispare en plan ametralladora que alguna foto aprovechable habrá. Y mira, sí, una con el toro apareciendo entre los árboles.
Toro de Osborne en Fresno de la Fuente I
Otra más del toro en medio del campo. Anda, si está de espaldas…
Toro de Osborne en Fresno de la Fuente II
Pues nada, vista atrás y más fotos aunque acabe saliendo un pilar de la ventanilla de mi difunto Ford Focus. Tiempo habrá de volver por aquí a sacarlo más artísticamente.
Adiós al Toro de Osborne en Fresno de la Fuente
Para la catalogación del elemento, se trata del torito de Fresno de la Fuente, provincia de Segovia, situado justamente en el kilómetro 123 de la A-1. Otro que tacho de la lista de toritos pendientes. Hay noventa en toda España y llevo fotografiados unos trece, esto va a ser más complicado que lo de las letras en Santander.

Pandetrave

Es ese puerto que tengo en la lista de puntos pendientes de paso por las vistas que hay desde este mirador, porque a continuación está el mirador del Tombo y quiero sacarme una foto con el famoso corzo, porque es la entrada a la zona de Valdeón desde donde se pueden hacer unas cuántas excursiones y porque de siempre me ha encantado el lugar.
Puerto de Pandetrave
La última visita fue durante el fallido intento de subir al Coriscao. Viendo el tiempo horrorosamente fresco que hacía en el Collado de Llesba aborté la misión, me di la vuelta, bajé la vertiente leonesa de San Glorio, me desvié en Portilla de la Reina y hasta aquí llegué porque seguía haciendo fresquito y yo no iba equipado como dios manda para la faena. Pero volveré, vaya si lo haré… ¿no volveríais vosotros a un lugar así?
Vistas desde el Puerto de Pandetrave
P.D. Si haría fresco que a los dos días estaba con antibióticos y un catarro de caballo. Desde entonces aunque haga calor viaja en el maletero siempre un forro polar «por si acaso». Uno va viejo y hay que cuidarse, que lo que mata es la humedad.

Restos de la minería

En los alrededores de Astillero hubo gran actividad minera: Cabárceno es una antigua mina de hierro, está el Cargadero de Orconera junto al puerto deportivo, etc. Cruzando el puente de la ría de Solía pasamos a San Salvador y justo bajo el puente de la S-10 encontramos más restos de cargaderos. Por un lado cuatro pilares y medio sobresaliendo de la ría.
Restos de embarcaderos en San Salvador I
Por otro lado otros dos pilares sobre el agua allá al fondo, lo que parece ser parte de un muelle aquí en primer plano…
Restos de embarcaderos en San Salvador II
…y otro más aquí delante. Todo en un estado bastante ruinoso, sin nada que haga imaginar que eso forma parte de unos restos de la minería. Si no hubiera leído la historia en internet tampoco me habría dado cuenta.
Restos de embarcaderos en San Salvador III
En estos sitios pasa lo de siempre: lugar aislado y solitario por el que pasa un camino, lugar ideal para tirar unos muebles de cocina viejos. Hay que ser tontolculo, teniendo a medio kilómetro el punto limpio donde te los recogen gratis.
Restos de guarros en San Salvador
Eso sí, otros se dedicaron no a ensuciar sino a embellecer los muros grises de la autovía con una dedicatoria a una cumpleañera. Pues nada, enhorabuena Carmen, ya te deben apreciar cuando montan semejante pintada para felicitarte.
Pintada bajo la autovía

Días de verano

Fotográficamente hablando ya he comentado varias veces que el verano dista mucho de ser mi época favorita. Demasiada luz, el sol demasiado arriba, vegetación reseca, estoy dedicado a otras cosas (playa-chiringo-cerveza), con calorrón no apetece patear ciudades o montes para descubrir cosas fotogénicas, etc. Es más, ni apetece cargar con la cámara así que la pongo en barbecho y a esperar al otoño se ha dicho. Eso no quita que como el móvil prácticamente lo llevo siempre encima pueda aprovechar momentos tan coloridos como el atardecer para sacar alguna foto maja de cuando en cuando. Al amanecer también se podrían sacar buenas fotos, pero claro, a esas horas la neurona está en el primer sueño todavía…
Puesta de sol en Somo

Gueldes

¿Qué son los gueldes? Antes de ir a Lanzarote, ni pajolera idea. Después de haber ido allí ya sé que son unos pececitos delgaditos y enanos, de menos de diez centímetros de largo. Se salan y enharinan, se frien y con un poquito del limón están de miedo acompañando a una buena cerveza…
Ración de Gueldes en Lanzarote
Si, lo que asoma arriba a la derecha es un plato de paella que estaba de vicio. La verdad, fue un viaje de giri-dominguero chiringuito-paella total pero me lo pasé de película, los ocho días pasaron volando y de mil amores mañana mismo repetiría.

A por el Tres Mares (I)

Hace más de un año subimos hasta Alto Campoo fuera de la temporada de esquí. No había nieve, no había gente, no había preparado la visita y gracias a eso no me había enterado de la existencia del mirador de la Fuente del Chivo en las inmediaciones. Al llegar a Brañavieja aparece esta bifurcación. A la izquierda para la estación de esquí, a la derecha para el mirador de la Fuente del Chivo. Por ahí nos vamos hoy.
Bifurcación de la carretera
Cien metros más adelante toca parar porque hay caballos en medio de la carretera. Gracias a eso me fijo que a mi izquierda un burrito se ha encajonado en ese hueco y ahí lo tienes todo feliz, tapadito del aire fresco que soplaba esa mañana. Menudo responso me echó la parienta por llevármela a sitio fresco en pleno mes de agosto, ella que es mucho más de playa. Anda que cuando se entere las que tengo pensadas para la temporada de otoño-invierno me le da un jamacuco.
Burrito encajonado
Telita con la carretera de subida hacia el mirador. ¿Veis el pico más alto? Es el Tres Mares, el que queríamos subir. Por suerte llega la carretera casi hasta el pico situado justo a su derecha.
Subida hacia el aparcamiento
Y telita con la carretera porque va uno atento al panorama y nada que te despistas aparece una curva como esta, ciento ochenta grados y contraperaltada para mayor diversión. Claro que como cada vez conduzco más en modo abuelo (se me deben estar pegando las mañas del antiguo propietario de mi Clio) ya pueden aparecer curvas en espiral que las paso sin problema.
Curva de 180 grados
Esto es lo que se ve a media subida: la estación de esquí, el Tres Mares a lo lejos, si fuera invierno eso aparecería cubierto de nieve y lleno de gente con ganas de deslizarse a toda mecha. Tiene narices la cosa, que me guste esquiar y que aún no haya pasado por aquí en temporada…
Pico Tres Mares al fondo
Llegamos por fin al aparcamiento, que es esa línea recta horizontal al pie de la montaña. Las vistas preciosas, yo con la boca abierta alucinando. Si llego a saber que el panorama era así de espectacular no hubiera tardado cuatro años en pasar por aquí ni de broma.
Aparcamiento y montaña
Vista de la estación de esquí desde arriba, con la carretera y su completa colección de curvas. Allá al fondo se debería distinguir el embalse del Ebro pero con esa neblina se veía malamente.
Vista de la estación de esquí y la carretera
Girándome ciento ochenta grados se pueden ver lo que en principio pensé que serían cumbres de los Picos de Europa pero una vez que pillé el mapa por banda, por distancia y orientación me inclino más a pensar que es la Sierra de Peña Sagra.
Picos de Europa con niebla
Para que me hagáis caso cuando os digo que en la montaña ojito con la niebla, esta es la montaña del aparcamiento cuando llegamos. Nubes al fondo, buena visibilidad y nada de qué preocuparse.
Montaña, valle y nubes
Y esta es la misma montaña un ratito después, cuando ya habíamos subido un tramo del camino. Ahí se ve el aparcamiento y una nube que llegó de golpe para taparlo todo. Como te envuelva no ves más allá de cinco metros. En ese caso si no tienes claro el camino, mejor que te pares y esperes antes que seguir andando y aparecer sabe dios donde. Al pie de un barranco, por ejemplo.
La niebla llega de pronto
Por cierto, estos días he visto un anuncio de una aplicación para los móviles que indica tu posición por si tuvieras que llamar a emergencias. Hace un montón de tiempo que llevo una similar en mi teléfono, se llama «Mis coordenadas» y te dice tus coordenadas con un margen de error de unos 2-3 metros, suficiente para que te encuentren si tienes cualquier percance. Puedes mandarlas por correo electrónico, por SMS, por Whatsapp, etc. Si no tenéis algo parecido en el móvil os recomendaría que la instaléis porque ante una urgencia siempre será mejor indicar tu posición exacta que no «por la parte de arriba de Alto Campoo, cerca de una piedra grande con forma de vaca» y similares.

Más restos de naufragios

Pero esta vez no en Somo, sino en Biarritz que es otro lugar donde tienen una buena colección de recuerdos. Ya pasaron por aquí la hélice del Frans Hals, la cruz dedicada a La Surprise de Boulogne y ahora vamos con otro más, el ancla del velero sueco Padosa, situada en lo alto del parque de la Atalaya donde está el Aquarium. Así luce con su placa explicativa delante.
Ancla del Padosa en Biarritz
Ese velero de sesenta metros de eslora naufragó en plena Grande Plage, la principal playa de la ciudad, durante una tormenta en diciembre de 1907. Aunque el barco quedó destrozado, los equipos de rescate consiguieron salvar ocho de los once tripulantes del barco. Por desgracia uno se murió poco después. Las dos anclas del barco fueron rescatadas en 1978 como indica la placa. Una está aquí y la otra en el puerto de pescadores. Como no creo que tarde mucho en pasar por esta ciudad otra vez, aprovecharé para fotografiar la segunda y ya de paso echaré una ojeada antes en internet a ver si hay más restos por los alrededores para completar mi colección.
Placa junto al ancla

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