Acostumbrado estaba yo a ver siempre el mismo modelo de gallina cuando Ãbamos dando una vuelta por Hondarribia, eché una ojeada a la finca de una casa en una de las calles cercanas al puerto y ¡caray! ¡Si tiene el césped lleno de gallinas jipis!
Se trataba de unos ejemplares con las plumas más «esponjosas», las patas también cubiertas y pelos hasta en la cresta que casi se parecen más a un gato de angora que a una gallina. Pensé si serÃa una raza propia del pais vasco pero no, se trata de Gallinas Sedosas del Japón, raza oriental que fue importada a Europa. Mira qué bien, otra tonterÃa más que he aprendido hoy.
Tobogán último modelo
Alucino con los toboganes que se pueden ver por aquÃ. Este lo tenéis en el Parque de las Llamas, aunque también hay uno similar en la playa de la Magdalena. Modelo tubular doble, de acero inoxidable y totalmente cerrado para que ningún niño se escape por un lateral. Incluso la plataforma desde donde se tiran tiene barandilla. Menuda diferencia con los que usaba yo de pequeñito, con escalerilla de hierro que si te caÃas… te jorobabas, laterales descubiertos y final abrupto con caida al suelo de arena (cuando la habÃa). Cambian los tiempos y los toboganes una barbaridad.
A por el Tres Mares (III)
Seguimos con la subida al Pico Tres Mares en Alto Campoo. Primero vimos la carretera de llegada y el aparcamiento, luego el refugio y la cruz que hay al lado. Hoy vamos con el principio de la subida, muy facilita y por un camino de tierra de cuatro metros de ancho al principio desde el que volviendo la vista atrás se puede ver tanto el aparcamiento al pie de la montaña como una telesilla en primer plano.
Tengo que reconocer que las instalaciones las vi como muy hechas polvo, con trozos rotos, maderas caÃdas, sensación de medio ruina. Esta es la caseta donde se pone el que controla el funcionamiento del telesilla. Está entera pero viendo dentro da la sensación que no le han hecho una reforma desde que la pusieron ahÃ.
Por no decir nada de la barandilla…
A lo que vamos, media vuelta y seguimos camino de la cima, observando que todo aquello parece haber originado por estratos plegados y erosionados. Hay piedras raras, muy raras, todas llenas de rayas.
Bajo el pedrusco anterior creo que estaba esta placa, dedicada a un padrenuestro que rezaron en lo alto del Tres Mares en 1949.
Tras una subida de quince minutos con paradas por el medio para verlo todo llegamos aquÃ, al pie de la subida final. La parienta echando pestes (como es costumbre), poniéndome verde (como es costumbre) y diciendo que si estaba loco (como es costumbre), que ella allà arriba no podÃa subir (como es costumbre).
Fue bonito ver bajar estos niños. Quedó la parienta con la boca abierta y sin ganas de decir nada más, porque si los niños subieron ya me dirás si será fácil o no. Mujer de poca fe, que baja desde Fuente De a Espinama (casi) sin rechistar pero ve esta subida y se asusta…
Ultima ojeadita antes de empezar la cuesta arriba de verdad. A la derecha se ve Peña Labra, esa montaña a la derecha de todo que veréis en la siguiente entrada que forma más curiosa tiene su parte superior.
A la izquierda todo el valle de la estación de esquà junto con el embalse del Ebro, más claro al irse desvaneciendo la neblina mañanera que habÃa cuando llegamos.
A media subida esto es lo que se ve. Una tropa de gente subida a una cabaña de piedra y un montón de antenas a la izquierda.
La cabaña de piedra no sé si se seguirá utilizando, pero parece en buen estado. Será porque está cerrada a cal y canto, si estuviera abierta seguro que estarÃa como el refugio de abajo.
No se puede decir lo mismo de las antenas. Estas dudo que emitan nada en este estado.
Siguiente capÃtulo: llegada a la cima. Pero eso será dentro de unos dÃas…
El Parque de Mataleñas
En lo alto de Cabo Menor hay un campo de golf de nueve hoyos, una senda peatonal que bordea su perÃmetro hasta llegar al faro y cosa que no sabÃa porque soy medio cateto, un parque bastante majo: el parque de Mataleñas. Se puede entrar tanto desde la carretera que va al faro como desde la senda peatonal. El parque se ve cuidadito, con sus árboles bien recortados y la pérgola en estado de revista.
Dentro hay una casa estilo inglés de lo más maja, si me la dejan para vivir en ella no iba a ser yo quien dijera que no, aunque tengo que reconocer que soy más de grandes ventanales y luminosidad a lo bruto que de ventanas pequeñas y estrechas como se ven.
Al lado un invernadero de una escuela-taller. Si me dieran las frutas, verduras y hortalizas que deben salir de ahà tampoco iba a decir que no.
Dentro del parque hay un «circuito deportivo» destinado a esa gente que le hace ilusión cansarse gratis. Yo me abstengo hasta el dÃa en que las rabas con vermut sea deporte olÃmpico.
También podemos encontrar, como no, una de mis queridas estatuas en hierro oxidado. Tiene un aire similar a otra que se puede ver a la entrada del recinto de la Magdalena y que ya tendrÃa que haber mostrado aquà hace tiempo pero como esto es lo que es, saldrá quien sabe cuándo.
La placa nos indica que la estatua va dedicada a Carmen Ruiz Jimeno. Una búsqueda rápida en internet nos lleva a la noticia del diario el dÃa de su inaguración para enterarme que la figura se llama «Proposición de un vacÃo» y realmente está dedicada a todos aquellos fallecidos por culpa del cáncer.
La vuelta por el parque discurre entre caminos de tierra, arboledas y pequeños puentes hasta llegar a un punto donde se divisa un pequeño estanque allá abajo.
Mira tú, si hasta parece un sitio bonito y todo, lástima que esté tan escondido. Ya puestos podÃan haberse estirado y puesto unos cuántos bancos para sentarse aquà a rascar la barriga. Y unos patos para entretenerse, que ya lo dice la canción: «pasamos muy buenos ratos echando pan a los patos, y cuanto más pan echamos mejores ratos pasamos«.
Bajadas al agua hay unas cuántas, por si os queréis dar un chapuzón. Recomendar no os lo recomendarÃa.
Y no lo digo porque el agua esté más sucia de lo habitual, es que hay tantos pescaditos flotando por allà que como hagáis un largo del estanque nadando váis a tragar tantos que os volvéis comidos para casa.
Con la afición que hay en Santander por la pesca es un milagro que a ninguno se le haya ocurrido venirse aquà a echar un anzuelo. Más fácil imposible lo de volverse a casa con la cesta llena sin el menor esfuerzo.
Lo más de Lanzarote
Hoy toca hacer una recopilación de cosas curiosas que vi en el viaje a Lanzarote. Por ejemplo los candaditos, que allà también hay un montón. En el paseo marÃtimo de Puerto del Carmen se pueden ver un montón de cadenas llenitas de candados. Para que os hagáis a la idea, unos veinte tramos como este que se ve en la foto.
Se ve que aquà la gente viene más preparada porque los pone ¡incluso con sus fotos!
Justo enfrente hay un bazar chino donde vas, te compras un candado de tu color favorito por dos euros y te prestan un rotulador gordo para que le pintes lo que quieras. Lo sé porque la parienta se empeñó en poner un candadito y hubo que cumplir como un campeón con selfie incluido (que nunca saldrá en el blog todo sea dicho…).
Segunda foto: lo más kitsch que pude ver, un platano recortado con forma de delfin para poner en el borde de una copa. Por si fuera poco las traÃan con una antorcha de esas que hacen chispas. Más hortera imposible. Esto era en el chiringo donde el primer dÃa vimos tocar un grupo musical que lo hacÃa bastante bien asà que volvimos varias veces.
Lo más curioso que me comÃ: queso frito con mermelada de cactus. Pero qué bueno estaba el jodÃo… habrá cosas más extrañas, pero el resto de dÃas casi siempre optamos por los pescaditos, que a mi me encantan y están de un bueno que ni os cuento. Eso sÃ, tienen unos nombres más raros que la leche: vieja, cherne, gueldes, bocinegro, etc.
El vino más rico que probamos: el Flor de Chasna rosado tinerfeño. Dulce, fresco, bajaba que da gusto y milagro, no se subÃa a la cabeza. Pocos vinos bebimos, eso sÃ. Allà con el calorcito que hace entraba mucho mejor la cerveza, cerveza y más cerveza.
Y por último la increÃble planta-cerebrito, uno de los cáctus que se podÃan ver en el JardÃn de Cactus creado por César Manrique en 1991. Si es que lo ves y lo primero que te viene a la cabeza es un cerebro.
Estas son unas cuántas de todas las curiosidades que vi, poco a poco irán saliendo más…
La canal de San Juan
Aquà ya ha salido varias veces San Juan de la Canal. He mostrado la playa, un reloj de sol y hasta el topo hiperactivo que puebla el parque, pero nunca hice mención al origen de ese nombre. Es probable que se llame asà porque en ese punto desembocan un par de arroyos formando una especie de canal, otra de esas palabras ambiguas que valen tanto en masculino como en femenino. De toda la vida habÃa dicho «el canal» pero tuve que venir a Cantabria para enterarme que también se puede decir «la canal», como en este caso.
En la foto superior se puede ver la desembocadura encajonada entre el paseo de la izquierda y una mole de piedra por la derecha. También se ve cómo el agua ha ido comiéndose la parte baja de la roca, algo que se distingue mejor en esta otra foto junto con la construcción abandonada en lo alto de una peña. Que pena que no haya profundidad suficiente, sino serÃa un lugar ideal para pegar saltos espectaculares como hacen en La Quebrada de Acapulco.
Cuando todo sale al revés
Por la zona del Barrio Pesquero hay un solar vacÃo, vallado, con un montón de flores y fotos prendidas en la valla como si fueran un altar.
Aquà las véis. Están ahà en recuerdo de un chaval de quince años que murió en ese punto a finales de 2013. Se les fue el balón con el que estaban jugando al techo de la nave que ocupaba el espacio ahora vacÃo y no tuvo mejor idea que intentar subir al tejado para recuperarlo. Cayó dentro y aunque una ambulancia se lo llevó al hospital de Valdecilla, falleció poco después.
Ese balonazo al techo, una nave en ruinas que no aguanta, esa loca idea de subir al tejado, todo se junta y todo sale al revés con consecuencias trágicas. A continuación el ayuntamiento derriba la nave «por suponer un peligro» y meses después hacen lo mismo (en plena campaña electoral, todo sea dicho) con varias más. Cuando veo estas cosas siempre me pregunto qué pasa en este paÃs, el reino del «no pasa nada», para que nunca se tomen medidas totalmente lógicas hasta que no muere nadie. Somos asÃ, qué le vamos a hacer.
Curiosidades en Viérnoles
De Viérnoles lo más conocido es el «conjunto monumental», que como ya dije en otra entrada la verdad es que me decepcionó un poco. Como andábamos por allà aprovechamos para dar una vuelta al pueblo y hombre, lo que vimos monumental no era, pero sà llamativo. Primero un pedazo piedro con cabra esculpida para conmemorar que tienen una bolera vecinal.
Echo una ojeada a la izquierda y distingo una finca cerrada con un montón de cachivaches variados. El sexto sentido me avisa que saque la cámara, que aquà hay miga.
Véase si no. Ovejitas luceras, señal de ojo con la caravana, dos columnas con sus correspondientes estatuas de escayola en la parte superior…
…caballo de verdad y caballitos rampantes de Ferrari sobre unas bases de piedra…
…ovejitas, más columnas con figuras y una enorme columna en el centro con otra estatua de un joven llevando una cesta al hombro. A ver si el «conjunto monumental» era el jardÃn de esta casa y no el resto de casonas que habÃamos estado viendo antes.
El aviso de las cookies
Supongo que ya habréis notado que al llegar aquà a partir de hoy os ha aparecido un cartelote abajo diciendo no se qué, no sé cuánto, Aceptar. También me imagino que estaréis hartos de verlo hasta en la sopa y ni lo leéis antes de darle a Aceptar para que desaparezca. Es el famoso aviso sobre Cookies, que por cuestiones de legislación europea se está haciendo obligatorio en todos lados donde simplemente se use el Google Analytics para una cosa tan tonta como saber cuanta gente visita el blog y alegrarnos a fin de mes cuando compruebo que el total no es cero patatero. Pues nada, aunque me dé una pereza horrible tendremos que ponerlo también no vaya a ser que la Unión Europea se mosquee y abra un proceso sancionador contra vamosacantabria.com, que no está el horno para bollos.
Aunque bueno… si me abren un proceso sancionador igual me mandan unos dÃas a Bruselas a gastos pagados para escuchar mi versión de los hechos y como soy insolvente de nacimiento dudo que me multen, pero el viaje y la estancia no me la quita nadie… no sé… ¿es majo Bruselas? ¿Merece la pena? Es que si tiene muchas cosas que ver quito mañana mismo el aviso y hala, a vivir peligrosamente se ha dicho…
Un variado de El Soplao
Va un variadito de imágenes que me han quedado por aquà pendientes de la visita al Soplao. Ya mostré las cuevas, unas obras de arte en el exterior, otras estatuas más, una panorámica y aún asà quedaron algunas cosillas en el tintero. La entrada con su oxidación superlativa, por ejemplo.
La placa inaugurativa que al final en estos casos es lo que cuenta.
Aunque no lo parezca, esto de la paisana bailando con un letrero debajo que dice «dios es fumador» es una obra de arte. O de «harte», no sé, siempre tengo problemas para distinguirlas.
Otra obra más. Por la pinta creo que es una pajarita de papel deconstruida.
Tiene el edificio del Centro de Visitantes un saliente tan curioso como oxidado en la parte superior.
A ese saliente se puede acceder porque es un mirador. Buenas vistas y cartelito explicativo del panorama en primer plano.
Panorama que por cierto merece la pena, cosas de estar en lo alto. Se ven valles, montañas y ese aparcamiento donde destaca sobremanera un vehÃculo de color rojo que nos lleva por Cantabria adelante.
Si serán bonitas las vistas desde el mirador que en la propia barandilla estaban un montón de moscas en grupo disfrutándolas. O eso, o era una reunión de la comunidad de vecinos, quien sabe.