Otro faro más para el bote, que ya hacÃa tiempo que no añadÃa ninguno a la colección. De paso que nos acercamos a Bayona y Biarritz, a la vuelta paramos en Hondarribia para echar una ojeada al pueblo y dado que al ladito estaba este faro hubiera sido un pecado no verlo y retratarlo.
Está situado en la puntita del cabo que separa España de Francia y en la misma carretera que va al cámping de Hondarribia. Es bastante sobrio pero elegante y como siempre salen los tres cables de rigor por medio para jorobar la foto.
Ya sé que estas dos fotos son casi iguales, me gusta la segunda porque se ve mejor el faro pero en la primera aparecen también unas tomateras (creo) que tenÃa plantadas el señor farero. Si señor, buena idea eso de aprovechar un trocito del terreno para obtener comida rica y sana.
TÃpica foto de faros con la torre, la linterna, el cielo y alguna nube. En la veleta aparece inscrito un 1957 asà que suponÃa que ese era el año de construcción. Buscando más información leo que hubo un primer faro en ese lugar construido en 1855 y destruido por los carlistas en 1874, asà que en 1878 se construye éste que entra en servicio en 1881. ¿Qué quiere decir entonces el 1957? ¿Fue acaso el año de construcción de la veleta?
Se puede dar la vuelta alrededor por un camino de tierra. Aquà elevándose sobre la vegetación queda una foto también bastante apañadita aunque creo que la mejor vista es desde delante. Lo dicho, otro más para la colección, uno menos que me falta.
De aniversario
Hoy es once del once. Once del once… ¿de qué me suena eso? ¡Ah, si! Hoy hace ni más ni menos que tres años exactos desde que anuncié que habÃa vuelto después de haberme ido, con lo cual hoy es el tercer aniversario del blog y estamos de celebración asà que tan pronto acabe esta entrada me voy a tomar una cerveza a mi salud.
A pesar de que el fenómeno blogueril está más muerto que carracuca, que el contenido de calidad brilla por su ausencia y que las redes sociales se los han llevado por delante como un tsunami, aquà seguimos por libre al pie del cañón como aquel japonés que no se enteró que su paÃs habÃa perdido la guerra hasta un montón de años después, como Tom Hanks en «Náufrago» hablándole a un coco, aquà sigo a mi aire y sin Facebook mientras haya ganas, fotos o las ideas sigan saliendo a trompicones de mi cabeza, alegrándome la vida cuando aparece algún mensaje de alguien totalmente desconocido diciéndome que le gustan las fotos o que le traen recuerdos de su paso por esta tierra. Y como un blog no es nadie sin sus lectores, gracias también a todos los que de cuando en cuando os vais pasando por aquÃ.
La puerta de los pájaros
En Comillas no sólo hizo Gaudà el edificio del Capricho. Hay en la parte alta del pueblo otra obra más o menos escondida, es la «Puerta de los Pájaros» o «Puerta Moro» conocida asà por tener tres entradas, la de los coches, la de las personas y la de los pájaros.
Más cerca se ve más claramente cual es cuál, aunque por los tamaños tampoco es muy complicado distinguirlas. Estilo curvilÃneo muy propio de GaudÃ, cuenta la historia que estaba en la playa viendo los pájaros volar, empezó a dibujar curvas en la arena y de ahà salió la idea de la puerta que harÃa en 1900, o sea que ciento catorce añitos tiene ya.
La bailarina ausente
En Oviedo, al lado del teatro Campoamor, tenÃan una estatua de una bailarina hecha en cobre. Según Wikipedia la hizo el escultor Santiago de Santiago con ciento sesenta y cinco kilos de cobre, ese metal que roban a mansalva. ¿Qué vimos la última vez que pasamos por la ciudad? El pedestal…
No sé qué habrá pasado, no sé si la habrán mangado o se la habrán llevado para reparar, pero porqué será que ni me extraña. Ciento sesenta y cinco kilos de cobre en un lugar donde se puede acceder con una fregoneta, atarle un cable en medio minuto y salir pitando con ella. Si eso no es provocar, venga dios y lo vea.
P.D. Se agradecen pistas sobre el paradero de la estatua. Buscando en internet no encuentro nada salvo el ataque que sufrió en 2012 en el que doblaron el tubo que hace de base, quien sabe si en un primer intento de afanarla.
Entre hayedos y montañas
Noticias fresquitas (de ayer mismo) para aquellos con ganas de pasarse por el Hayedo del Saja-Besaya para verlo lleno de arbolitos con esos colorines otoñales, esos amarillos, rojos, marrones que tanto nos gustan: lo siento, pero de momento ná de ná. Todo sigue verde y lo peor de todo es que las hojas se están cayendo sin siquiera cambiar de color, hay árboles que ya están casi pelados y el resto de hojas que permanecen en su puesto se mantienen verdes. Desde aquà (el balcón de Cardosa) deberÃa verse como en esta otra foto pero podéis comprobar que ni se le aproxima.
En el interior del hayedo pasa lo mismo. Tengo más fotos sacadas en la ruta que parte del Monumento de Ocejo, todas las hojas son amarillas y el suelo es casi marrón. ¿Ayer? AsÅ
Los que están de enhorabuena son los aficionados al esquÃ. Como el tiempo siga igual van a tener una buena temporada porque ya hay nieve en Alto Campoo. Nueve de noviembre y una buena capa cubre la cima, tres o cuatro dÃas más que se ponga a nevar y los veo abriendo la estación para primeros de diciembre. Mejor, mejor, dicen que «año de nieves año de bienes» y todo lo bueno siempre será bienvenido.
Llanes en verano
Si a Liérganes el verano le trae un montón de visitantes por sus calles, a Llanes en la costa este asturiana le pasa lo mismo pero multiplicado por cien. Por estas calles hemos paseado algún domingo de invierno en la soledad más absoluta. ¿En verano? Ya véis…
Terrazas que otros meses ni siquiera existen, al llegar los meses de calor se ponen de bote en bote. ¿Dónde estar más a gusto que en la sombra de una de las plazas del pueblo, sentado tan ricamente y con una cervecita fresca delante?
Y en la playa lo mismo, un montón de personal tomando el sol y chapuzando. Por cierto que ya tienen corregido el derrumbamiento que vi hace un añito.
Adiós al montón de pedruscos caÃdos y bienvenido sea un muro nuevo, aunque viendo el estado de la ladera no estarÃa yo muy tranquilo tomando el sol justo debajo.
Donde no llegan mis pistones…
Mira que he visto cartelitos, pegatinas e inscripciones curiosas en coches, pero siempre habrá alguno que me sorprenda. El Prado, pueblecillo perdido en el sureste cántabro a escasos metros de Euskadi. Un todo-terreno aparcado con unas letras sobre el cristal trasero. Vamos a echar una ojeada.
«¡Donde no llegan mis pistones, llegan mis cojones!». Si señor, fino, elegante y señorial como para aparcar el vehÃculo a la puerta del Casino de Montecarlo…
El Palacio de Elsedo
Otro verano más se me ha pasado lo de visitar el Palacio de Elsedo. Para quien no lo conozca está cerca de Solares, en dirección Torrelavega. Una vez lleguéis a Pámanes hay que tomar un desvÃo a la derecha y seguir más o menos tres kilómetros.
La primera vez que lo vi me pareció el tÃpico Palacio cántabro, una casa señorial grandota y antigua con muchos detalles como el blasón de la torre.
Y gárgolas, con lo que me gustan…
Además de la entrada principal de la primera foto tiene esta otra aunque a juzgar por los santos sobre la puerta quizá sea la entrada a una capilla, que los Palacios tienen de todo.
Pero no era el palacio, la capilla, los escudos o las gárgolas lo que iba buscando. Qué va, es que es un Museo de Arte Contemporáneo y a mi esas cosas me van cantidad por la de carnaza para el blog que suelo sacar. Si, lo sé, soy una mala persona. Desde hace mucho tiempo y sin remedio, añadirÃa yo. ¿Cuál es el problema? Que sólo abre en verano, cierra durante todo el invierno y yo en los meses de calor tengo la cabeza en otras cosas.
Una pena porque lo que se ve a través de las verjas promete. Estas cosas de piezas metálicas sostenidas por alambritos suelen tener mucha enjundia.
O el… la… lo… bueno, esto. Ganas tengo de leer ese cartelito que asoma por un lateral para ilustrar mis escasas neuronas sobre el origen, vida y milagros de la obra escultórica.
Esta otra no sé yo si será una obra del museo o vendrÃa incorporada con la decoración del palacio. En la sección arte contemporáneo no la incluirÃa yo precisamente.
En fin… que otro año se me ha pasado la visita. Pero del 2015 no pasa, el uno de junio ya tengo un recordatorio programado en la agenda para ir de nuevo. Si a finales del año que viene empiezo una entrada con «se me pasó de nuevo la visita al Palacio de Elsedo» os dejo que me llaméis tonto a la cara.
De 0 a 2325 metros
Hale, otra muesca más para la lista de hechos consumados en Cantabria. Tras tres años y pico por fin subà de nuevo en el Teleférico de Fuente De…
…y me pegué la gran caminata hasta la famosa Cabaña Verónica…
…que si me dicen que quedaba justo donde indica esa flecha, iba a ir mi señora suegra porque un servidor llegó con la lengua fuera y echando pestes del mundo, de la montaña, de las piedras y de todo lo que se me ponÃa por delante. El penúltimo dÃa de octubre, con un solazo de cuidado pero viendo que se aproximaba la llegada del mal tiempo me lié la manta a la cabeza y hala, camino de Picos de Europa a pegarme una buena ruta porque probablemente allà empiece pronto a nevar y pasarse caminando cuatro o cinco horas por una montaña cubierta de nieve ya son palabras mayores (especialmente yendo en plan dominguero como yo).
HabÃa pasado por allà exactamente en julio de 1995 y no recordaba que la subida se hiciera tan cansada, claro que si a mi edad en 1995 le sumas otros diecinueve años normal que se haga cada vez más cuesta arriba.
DecÃa en la entrada del Galiciaenfotos referida a mi visita anterior que habÃan puesto una placa dedicada a Mariano, el que fue guarda y cuidador de la Cabaña durante más de veinticinco años y tenÃa que verla. La vi, la vi, pegadita en un lateral lado de la puerta. Dice «Estoy porteando. Voy con el talkie a la escucha. El guarda C. V. Mariano».
Actualmente hay otro guarda, que cuida la cabaña y atiende a la gente que va a pernoctar allÃ, porque aunque no lo parezca es para lo que sirve un refugio de montaña y dentro hay cuatro literas donde pasar la noche.
¿Habéis visto ese cartel de arriba que pone «El anillo de Picos»? Se trata de una serie de recorridos que hasta tienen su propia web. Llegué cansado, acabé derrengado pero fue ver los recorridos del anillo y ya me está entrando el gusanillo de ir poquito a poquito… desde luego, no tengo remedio, es ver una pateada por la montaña y se me cae la baba.
Verano en Liérganes
Una de las ventajas de la llegada del otoño es que los sitios donde suelo ir a dar una vuelta, caminar un rato y despejar la cabeza vuelven a estar solitarios como a mi me gusta. Liérganes, por ejemplo. En verano parece una romerÃa. Ya véis el puente romano un dÃa cualquiera de agosto, con gente para dar, tomar y regalar.
O el rÃo. En invierno aquà no se ve ni un alma. En verano gente aquÃ, gente allá, niños corriendo, niños gritando, y menos mal que fui tarde a sacar las fotos porque sino saldrÃa también gente tomando el sol en la hierba y gente bañándose… lo siento, pero yo soy más de sentarme por cualquier lado sin ver a nadie, tomar el aire y entretenerme con mis musarañas particulares. Y eso en verano es simplemente imposible.