Je, a veces me quejo que nos cobran hasta por respirar… pues anda que según voy descubriendo antes tampoco se quedaban cortos. Aquellos que llevaran mercancÃas a la ciudad, si entraban a Cantabria desde Palencia, caseta de arbitrios y a pagar se ha dicho. Si entraban por el puerto de San Glorio, caseta de arbitrios (que habÃa retratado hace un par de años y de puro vago aún no habÃa sacado en el blog) y a pagar.
El otro dÃa pasamos por el Puerto de los Tornos que une Cantabria con Burgos y vi una casa en ruinas a escasos metros de la frontera entre provincias.
Me paré a echar una ojeada y ¿qué pone en el lateral? Casa de Arbitrios Provinciales. A pasar por caja se ha dicho. Mira tú, hace años también veÃan al ciudadano como gallina que desplumar, sólo que antes creo que por lo menos alguna pluma le dejaban…
La Universidad Pontificia de Comillas (II)
Amos allá… segunda parte de la visita a la Universidad Pontificia de Comillas, en la primera parte habÃa mostrado la fachada, la entrada y un lateral en el que se empezaban a apreciar algunas huellas de ruina. Hoy vamos a ir directamente por ese camino porque aunque parezca estar bastante enterita, va a ser que no.
Primera señal, el rosetón tapado. No sé si la vidriera estará entera o estará hecha polvo porque ni se puede ver, totalmente taponada por unas maderas.
Cuando estaba de visita ni me habÃa fijado, pero una vez en casa revisando las fotos me di cuenta de la cantidad de dibujitos que tiene esa parte de la fachada: santos, águilas, toros alados, menuda imaginación.
Otro signo de ruina: la fachada apuntalada y viéndolo de cerca se aprecia que el tejado no existe porque se derrumbó en 2012.
Ahà es donde se cayó el tejado. Me hubiera gustado sacarlo desde otro ángulo desde el que se apreciara mejor el roto pero unas vallas impiden acercarse más a esa parte.
Justo a la izquierda unas vigas horizontales protegen las ventanas. Algunas losas que recubrÃan la fachada se han caÃdo y creo recordar que se veÃa alguna grieta.
Al fondo se ve lo que parece ser un campanario. Como habrá estado de descuidado este edificio que hasta le salen árboles en las esquinas del tejado.
Por no irnos con esta sensación de calamidad, un par de fotos de las vistas que hay desde la esquina de la finca. Prado, aire puro, mar, y eso moderno que se ve ahà delante… es el tanatorio.
Este cubo de cristal creo que pertenece a la depuradora que hay al lado del tanatorio. Joer… alegrÃa, alegrÃa, ruinas, derrumbes, tanatorios y depuradoras, la cosa va mejorando por momentos…
Adiós piojitos
Dicen que una de las formas de tener una idea de negocio es pensar qué no quiere hacer la gente y pagarÃa para que se lo hicieran. ¿Hay algo menos apetecible para las madres con hijos en edad escolar que sacarle los piojos con los que alguna vez aparecerán seguro por casa? Pues que sepan que en la calle Menéndez Pelayo hay una empresa dispuesta a hacer el trabajo sucio por ellas.
Esta es una de las escasas ventajas de mi ausencia capilar. Además del ahorro en champús y peluquerÃas, estoy prácticamente inmunizado frente a la presencia piojil. Cualquier bichito que intentara instalarse entre mis cuatro pelos destacarÃa de tal manera que con un certero martillazo solucionamos el problema en un pispás.
El sÃndrome del fechador
La primera referencia a este asunto la hice cuando visité el monumento a Antonio SagardÃa, donde vi tres huellas del «fechador enmascarado» y comentaba haber encontrado más por la zona de Polientes. Efectivamente, aquà se pueden ver. La primera, en un lateral de la «iglesia con aviso«.
La segunda en la iglesia de Polientes. Desde aquà no se distingue nada pero os la enseño completita para que la conozcáis.
Esta es la puerta de entrada. Fijaros en la columna de la derecha, a metro y medio de altura se ven unas lÃneas.
Es la segunda pintada, con fecha junio de 1996 y una letra N de lunes que no pasarÃa la ITV de caligrafÃa.
La tercera fue en Orbaneja, en una viga sobre la puerta de entrada a una casa. Misma pintura, mismo estilo de letra, fechas similares, ¿estarÃa esto de moda allá por 1996? ¿TendrÃa algún sentido? Si alguien lo sabe que nos lo cuente porque ni idea…
Parque de los llorones
Por mucho que este de Mioño se llame el «Parque de los Llorones» en realidad allà poco llorar y mucho cabreo, echar pestes, cagarse en todo lo cagable especialmente en los dueños de perros que no recogen las cacas del animal. Tras sacar esta foto veo hacia abajo y… ¡sorpresa! El pie encima de una plasta XXL.
Qué asco, menos mal que me di cuenta antes de entrar en el coche y evité dejar las alfombrillas hechas una porquerÃa junto con un olorcillo en el ambiente que engrandeciera el resto de la excursión.
Costumbres similares
Pese a las notables diferencias que nos separan y que tanto noto cuando voy recorriendo sus tierras, a los franceses creo que algo nuestro se les ha pegado por la cercanÃa. Veamos unos ejemplos. Un parquecito a la orilla del rÃo, ¿qué mejor lugar para plantar un tarugo de metal oxidado?
Con la de figuritas majas que hay, con la fuente tan bonita que podÃan poner, sólo se les ocurre plantar un poste oxidado y con la parte superior parcheada. Señor, señor…
Ejemplo número dos: ¿qué tengo que buscar un nombre para mi empresa de ropa? ¿Para qué innovar o arriesgar si podemos usar uno que nos deje medio hecha la labor publicitaria? Mmmmmm… ¡Zapa! ¡Seguro que no existe nada igual ni parecido!
Por último, como no, una argolla en la pared es el lugar ideal para abandonar un envoltorio usado en el más puro estilo «Todo hueco es papelera«. ¡Fijaros! Si queda perfecto, cómo se nota que es de su misma talla. ¿Para qué llevarlo a la papelera que hay cinco metros más allá si aquà engrandece el panorama y le da sentido a la existencia de esa argolla?
El santo que no pagaba
Haciendo kilómetros por el mundo adelante a la buena de dios me encontré con un cartelón señalando hacia una ermita de un santo que a primer golpe de vista me dejó alucinado pensando si serÃa el patrono de los malos pagadores. Pero no, ligero error visual, no era San Román el Moroso sino San Román de Moroso. Mis disculpas al santo y sepa que le reintegro su buen nombre.
Bromas aparte, este cartel estaba en Bostronizo y desde allà parte una ruta de tres kilómetros y medio entre arbolitos hacia una ermita. Ruta con muy buena pinta por el entorno y ermita bastante interesante por sus formas, de modo que me la apunto como un buen plan para uno de esos dÃas que me levanto andarÃn.
El mirador de Santa LucÃa
Vamos hoy con otra de Comillas. Si os situáis frente a la «Puerta de los pájaros«, seguÃs camino por la izquierda y llegado el fin del callejón giráis a la derecha, apareceréis delante de esta ermita dedicada a la Virgen de Santa LucÃa. Si el sitio se llama «Mirador de Santa LucÃa» será por algo.
Cuenta la historia que aquà habÃa dos atalayas desde las que los vigÃas buscaban ballenas en el horizonte. En cuanto avistaban una salÃan todos pitando a las barcas para intentar cazarla. A dÃa de hoy no hay ballenas pero sà buenas vistas de la playa y de la zona del puerto.
Vistas hay, lo que no hay son campanas. No sé si se habrán caido, si las sacarán sólo los dÃas de fiesta o al precio que va el metal las habrán «requisado» los de la fregoneta.
Un cartel allà cerquita decÃa que donde se ubicaban las atalayas para los vigÃas hay un par de faros. Efectivamente, aquà está el primero al que le están adosando un muro de obra.
Y un poco más lejos el segundo con sus grafittis correspondientes. Por ubicación, categorÃa y tamaño no entrarán por la puerta grande a la colección de fotos de faros que voy juntando pero eso no es motivo para privarles de unos minutitos de gloria aquÃ.
Mola el de Angola
El mundial de vela celebrado en Santander durante el pasado mes de septiembre me ha servido para descubrir unas cuántas cosas. La primera es que las japonesas windsurferas serán chiquititas pero manejan la tabla con una soltura que no veas. A veces desde la playa de Somo se podÃan ver bastante bien sus maniobras y pese a que las dos que puder distinguir no levantaban ni metro y medio del suelo, le pegaban unos remeneos a la vela para un lado y para otro que eso no lo hago yo ni queriendo. Otro descubrimiento ha sido que en Angola hay equipo de estas cosas del navegar y no sólo eso, sino que además compiten. Todo lo que se veÃa habitualmente eran equipos nórdicos, rusos, alemanes, de Gran Bretaña, Nueva Zelanda, japoneses, etc, de pronto vi aparecer a uno tal que asà y lo de ANG no me sonaba, quizá porque no habÃa visto ningún participante proveniente de Africa. ¿Será de verdad de Angola? Comprobando la bandera es cierto, lo es. Pues vaya desde aquà un reconocimiento al competidor angoleño, que seguramente esto de la vela no es allá un deporte mayoritario ni cuenta con la décima parte de los medios que tienen otros participantes.
Hornos de la Peña
Desde el sábado pasado podemos añadir otra más a la lista de cuevas cántabras holladas con mi santa bota. El domingo era el dÃa de visitas gratuitas para conmemorar el DÃa Internacional del Patrimonio Mundial asà que un servidor, imaginándose la de gente que habrÃa, reservó en Hornos de la Peña para ir a verla el sábado sin agobios, mogollones, kevines, yennifers, suegras ni otros especÃmenes indeseables.
Aquà se llega tras unos kilómetros por carreteras estrechas entre pueblos. Por suerte está todo el camino perfectamente señalizado desde la mismÃsima autovÃa. El aparcamiento que indica la flecha estaba en obras asà que echamos el coche en el arcén como buenamente se pudo y vamos para arriba, que queda un ratito de subida.
Si, si, subida porque la cueva no queda a ras de la carretera sino a unos diez minutos de pateo montaña arriba.
Este es el tramo final, cuando por fin se ve la caseta del guÃa y la parienta deja de echar sapos y culebras por la boca ante la cercanÃa de un banco donde descansar.
Las vistas desde allà no están nada mal, valle, ladera, montaña, bosques, hayas que empiezan a tener colorines amarillo-rojizos, buena señal indicadora para otra visita al hayedo del Saja.
Una vez aparece el guÃa y abonas los tres euritos por persona que cuesta la entrada, coges caminito por estas escaleras hacia la boca de la cueva.
Que viene siendo esto. En principio no parece nada espectacular…
…ah, carajo, pero cuando entras la cosa cambia como de la noche al dÃa. De todas las que he visitado hasta el momento fue con diferencia la que más me gustó. Es más cueva, y menos espectáculo. Ni tiene grandes espacios ni frisos llenos de animales hechos con pintura colorada, pero a cambio es más natural. Tiene galerÃas largas y estrechas, hay que agacharse un montón de veces, hacer equilibrios, un claustrofóbico las pasarÃa canutas, hay grabados en la piedra hechos con un buril, estalactitas, estalagmitas, las visitas son de cuatro en cuatro personas con lo que toca más cueva para cada uno y el guÃa se lo curró de lo lindo, asà que la visita fue perfecta.
Asà como en otras no es necesario reservar o si apareces por allà puede ser que haya plazas libres, en esta la reserva es casi imprescindible. Entran cuatro personas cada hora y asà es difÃcil encontrar un hueco libre. Tenéis dos opciones, llamar al teléfono indicado en el cartelote o, más fácil aún, ir a la página de Cuevas de Cantabria, pinchar en la que queréis visitar y a la derecha aparece una opción para reservar directamente por internet, donde se pueden consultar las plazas libres a cada momento. Eliges una hora de visita, cubres los datos y pagas directamente en la cueva. Más fácil imposible.
Como es evidente no te dejan sacar fotos en el interior, pero qué más da, si en internet hay cienes y cienes…