Joyitas sobre ruedas

Uno de los programas que veo a veces en la tele se llama «Joyas sobre ruedas«. Trata de un vendedor de coches y un mecánico que compran coches usados desde un Mini a un Aston Martin pasando por un Lamborghini o un Ford Sierra, los reparan y los revenden sacando algo de beneficio. A mi eso de ver destripar coches siempre me gustó, cuando llevaba el coche al taller procuraba echar una ojeada a lo que hacían porque de todo se aprende pero meter mis manazas en el motor ya me daba un cierto repelús por si acaso me cargaba algo. Además al vivir en quinto pino de arriba dependía totalmente del coche así que mejor no jugar con algo tan vital para mi. En cambio la gente del programa de la tele arma y desarma motores, cajas de cambio, embragues y diferenciales con una soltura que hasta parece fácil y todo.

Total, que me compro el Clio y como buen coche de veintiún años necesita sus cuidados así que poquito a poquito me fui poniendo a la faena. Un foco que apunta a donde no debiera, sustituir las bombillas del año catapum por unas mejores, el elevalunas del pasajero no subía bien y destripé media puerta para arreglarlo, meterle unas fundas decentes a los asientos delanteros, cambiar las bujías, todo buscando información en algún foro dedicado a los Renault Clio, comprando las piezas por internet y aprendiendo a la vez que me entretengo. Hasta llegar a lo de este martes, que ésto…
Motor sin destripar
…se transformó en ésto:
Motor destripado
La junta de la tapa de balancines (no la de la culata) rezumaba algo de aceite. Vi en un tutorial cómo cambiarla, me pedí una y poquito a poquito en una horita de curre llegué a este punto donde solo faltaba cambiar la junta (esa de color negro que está pegada a la tapa en primer plano) y volver a ponerlo todo en su sitio con mucho cuidado. El peor momento es cuando acabas todo y le das a la llave para arrancar otra vez. ¿Reventará? ¿Saltarán las bielas por encima del capó? Esta vez por suerte no.

La semana que viene me pasaré por el punto limpio para hacerle yo mismo un cambio de aceite y filtro. Para la siguiente cambio del aceite de la caja de cambios y nada más hasta los siguientes diez mil kilómetros. Una pasta que me llevo ahorrado en taller y unos ratos que me paso de lo más entretenido.

MUPAC

En el sótano del Mercado del Este santanderino hay un museo llamado MUPAC (Museo de la Prehistoria de Cantabria). Nunca le había dado excesiva importancia ni pensé que fuera gran cosa hasta que un domingo por la tarde nos coincidió pasar por allí. Echo una ojeada al cartelito y dice que los domingos por la tarde es gratis. Cierran a las ocho. Eran algo más de las siete y cuarto. Ideal para ir, echar una ojeada y si merece la pena acercarse otro día con más tiempo. Me ponga dos entradas señorita, que voy a culturizarme un rato.

Ya digo que nunca me había parecido gran cosa, y no sé porqué. Quizá por esa entrada poco vistosa en un lateral del Mercado del Este, quizá porque me lo imaginaba un sótano tétrico y oscuro con cuatro huesos y cuatro puntas de flechas viejas. Madre mía qué equivocado estaba. Es enorme y con un montonazo de cosas que ver: huesos, restos de esqueletos, estelas cántabras, explicaciones, montones de piezas, suelos de cristal con historias varias debajo, pantallas interactivas… Evidentemente si lo tuyo es el «Sálvame» o las telenovelas mejor vete a otro lado, pero si tienes curiosidad te lo pasarás de miedo.

Aquí va un anticipo de lo que hay mientras no haga la próxima visita, que espero sea con la cámara de verdad y no con el móvil como esta vez. Urnas con restos de cráneos, estructuras de metal con huesos simulando la profundidad a la que estaba enterrado cada tipo de resto, huesos de mamut, más y más cosas que ver, estelas, lápidas funerarias, un muñeco a escala real de un hombre primitivo, un sarcófago de piedra con esqueleto… la leche. El sitio ideal para pasarse una tarde enterita de domingo lluvioso.
Mupac I

Mupac II

Mupac III

Mupac IV

Mupac V

Mupac VI

Mupac VII

Mupac VIII

Calles de Burdeos

Cuando digo que caminando a veces por Burdeos parecía que me hubiera teletransportado a Portugal otra vez me refiero concretamente a esto. Donde yo esperaba grandiosidad, modernidad y otras descripciones igual de rimbombantes, girabas una esquina y aparecía el sempiterno tono negro-mohoso de las paredes, la mini-acera de suelo ondulante y los adoquines. Si os dijera que saqué la foto paseando por Oporto o por Caminha seguro que colaba.
Calles de Burdeos

Subiendo hacia el Castillo

De mi paso por Orbaneja del Castillo me quedé con un detalle. Donde aparcamos teníamos estas vistas de El Castillo (la sucesión de piedros ahí arriba). Se ve un puente. Se ve una especie de caminito.
Ruta hacia los Castillos I
¿Y qué es eso de verde fosforito que se mueve entre los árboles?
Ruta hacia los Castillos II
Un ser humano caminante. ¿Será que hay una ruta por ahí? ¿Llevará ese camino a lo alto del Castillo para poder ver pueblo, río y montañas en toda su extensión? Me lo apunto para darme una caminata la próxima vez que pasemos por los alrededores de Valderredible. A lo mejor el hombre sólo buscaba el sitio adecuado donde hacer aguas menores, pero mira, me arriesgaré.
Ruta hacia los Castillos III
Ay, Orbaneja, qué sitio más majo y qué sorpresón encontrarse de golpe esta cascada justo al lado de la carretera.
Cascada de Orbaneja

Aquí no se aparca en ningún lado

No, no me refiero a lo que va a pasar en Santander en julio y agosto, que viene un montón de gente de afuera y aparcar cuesta dios y ayuda, nada que ver con el resto de meses del año en los que más o menos te apañas para dejar el coche en algún lado. Es por lo que da a entender esta señal «tuneada» que vi en Mioño. No se aparca ni a izquierda, ni a derecha, ni arriba, ni abajo, ni al centro ni p’adentro, así que largando con el coche a otro lado.
Señal innovadora
Claro que lo mejor de todo es lo que hay escrito en el poste de la señal, pura poesia y finura sin límite…

Obras recicladas

La última vez que pasamos por San Vicente de la Barquera con temporal de mar (véase la entrada correspondiente aquí) fuimos directamente al mirador al lado del faro de Punta de la Silla, que es desde donde mejor se divisa el oleaje en los espigones del puerto.
Faro Punta de la silla
Estaba cerrado, me imagino que abrirá sólo en verano, lo cual no evitó que le sacara la foto de rigor y en eso que algo verde se me mete por una esquina del ojo. ¿Qué es lo que hay a la izquierda sobre la hierba? ¿Una obra de arte hecha con esqueletos de garrafones reciclados? Siempre digo lo mismo: aquí no se tira nada, todo tiene una segunda vida y si no sirve para un roto servirá para un descosido.
Obra reciclada
De todas formas, la obra de arte más interesante que vimos ese día no fue esa, sino ésta otra. Qué le vamos a hacer, me encantan los DIY con pifia…
Cartel de prohibido

Un paseo por la Belle Epoque

Señores, señoras, el próximo sábado cinco de julio se celebrará en Solares, concretamente en la finca del Marqués de Valdecilla y en el balneario de Solares, «Un paseo por la Belle Époque» con un montón de actividades variadas con las que entretenerse, papear, divertirse, papear, jugar, papear, concursar y papear. De las diez y media de la mañana a las diez de la noche, motivo más que suficiente para darse un garbeo hasta este pueblo y conocer todo lo que hay de interés allí y en los alrededores.
Un paseo por la Belle Epoque

De Golbardo a Barcenaciones

Domingo, de esos de hacer kilómetros sin rumbo y que sea el destino quien nos lleve hasta donde quiera. Aparecemos en la carretera que va a Barcenaciones, el pueblo más bonito de Cantabria en 2012. Unos metros antes de llegar hay un cruce. ¿Vamos a Golbardo o a Barcenaciones? Qué más da, si lo bonito es el camino.
Placa de agradecimiento
Una placa junto a un puente sobre el río Saja dedica un recuerdo a Leopoldo Bárcena Díaz de la Guerra, nacido precisamente en Barcenaciones en 1897 y todo un cerebro de su época. Fue ingeniero de minas en la Real Compañía Asturiana de Minas desde 1916, que explotaba minerales de blenda y galena en la mina de Reocín. Tras varios viajes a Estados Unidos y Canadá creó el primer lavadero de flotación de Europa usado para separar minerales, lo que le sirvió para ser condecorado con la medalla al mérito civil en 1929. Pasó a ser director de la empresa hasta su muerte en 1949. Hay que ver, en este país hubo una época en que la gente ascendía por méritos y capacidades, no por enchufismos, mamoneos varios y por pisar cabezas. Pena que se haya perdido la costumbre porque seríamos la leche como país.

Que siguiéramos hacia Barcenaciones no quiere decir que no echásemos una ojeada por los alrededores de Golbardo, al que se accede cruzando éste puente con sobredosis de señalización.
Puente hacia Golbardo I
¿Foto al río? Vale, pero con un par de cables por medio chafando el panorama como es costumbre. Qué le vamos a hacer, es mi sino.
Puente hacia Golbardo II

Cambio de caras

Me pregunto qué les habrá pasado a mis pacas de hierba favoritas que se ven tristes las pobres. Esto de estar al aire libre y justo en una zona por donde pasa un montón de gente es lo que tiene, nunca faltará el que intente «tunear» el diseño a su aire. Suerte tuvieron que no les pusieran la boca sobre los ojos o una con dos bocas y la otra con cuatro ojos.
Cambio de caras
Un par de días después ya estaban sonriendo otra vez. Menos mal…

Santos agradecimientos

Que uno sea hereje perdido no quiere decir que no pise iglesias, es más, procuro no perderme una porque suele haber bastante que ver y muchas curiosidades como los problemas con las proporciones de los santos portugueses (ver caso uno y dos). Ya que estábamos en Burdeos entré en unas cuántas y aquí va la primera curiosidad. Fijaros la estatua de San Antonio.
San Antonio en Burdeos I
No me resulta llamativo por la indumentaria, que a primera vista me hizo pensar si sería un romano salido de un cómic de Asterix, sino por la cantidad de placas de mármol expresando agradecimiento que le han puesto en la parte de detrás. Y no era el único, que vi más estatuas de la Virgen y de santos con lo mismo.
San Antonio en Burdeos II
Para quien no lo sepa, San Antonio es el santo con fama de más milagroso y probablemente al que más cosas le piden, así que es normal ver toda esa cantidad de placas en la parte de atrás, algo que en España o Portugal nunca había visto. Aunque pocas tienen fechas, en una de ellas se ve que es de 1925 y otras pude ver que eran de finales de mil ochocientos o principios de mil novecientos.
San Antonio en Burdeos III

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