La invasión del óxido

Si es que está por todos los lados, oiga, qué fiebre le habrá dado a creativos y creadores desde hace años para usar por todo el mundo este material tan horripilante en sus obras, ese color marrón oscuro feísimo, esas huellas que deja en el suelo en cuanto llueve un poco… y ni en sitios tan finos y elegantes como Biarritz se libran. Fijaros qué rincón tan bonito y fotogénico, la Place Bellevue.
Mirador en Biarritz
Pues nada, que ya han tenido que plantar un mamotreto de hierro oxidado en un lugar con unas vistas así de privilegiadas. Señor, señor, ilumina sus mentes y haz que la gente perciba finalmente lo feos que son estos armatostes.
Escultura en el mirador
Más de uno me odiará, me llamará cateto (que lo soy), ignorante (que no lo niego), ceporro (tampoco) y mil cosas más ya que se trata de una obra de arte de Jorge Oteiza, autor entre otras cosas de «la monja charlando con E.T.» de San Sebastián o la «Variante ovoide» de Bilbao. Muy artística, sí, pero a mi dame vistas y quítame todos los artilugios oxidados de delante.
Vistas de Biarritz

Un reloj de sol que atrasa

Aquí está el reloj de sol que se puede ver junto a la playa de San Juan de la Canal. En vez del típico que aparece sobre una pared este se encuentra sobre la hierba y es un pequeño círculo con un triángulo de hierro oxidado encima. La parte grande con forma de media luna era un panel informativo, o eso creo. Luego os digo porqué no lo tengo claro.
Reloj de sol en San Juan de la Canal I
Se supone que este es el cuerpo del reloj de sol y el encargado de darnos la hora. Sin embargo, sorpresa porque… atrasa.
Reloj de sol en San Juan de la Canal II
La foto se sacó a las 13:10:48 exactamente del día 12 de abril. Contando que en horario de verano hay que restar dos horas a la hora legal para saber la hora solar, este reloj debería marcar las 11:10 cuando en realidad está marcando las 10:45 aproximadamente. ¿Algún relojero especializado en relojes solares que nos pueda aclarar el motivo? ¿Se ha movido el sol de sitio últimamente y nos ha fastidiado el asunto? Después de robarnos con las preferentes, con las eléctricas, con la gasolina, ¿acaso nos están robando también horas de sol?
Reloj de sol en San Juan de la Canal III
Decía en el primer párrafo que la parte grande del reloj debía ser un panel informativo «o eso creo» porque ya véis en qué estado se encuentra. Seguramente lo hicieron de material plástico y el sol se ha ido comiendo la tinta de las letras hasta hacer casi imposible su lectura. Instalar estas cosas a la intemperie sin protección es como ponerles fecha de caducidad, bien por el sol o bien por tanto cafre que puebla el universo.
Desgaste en el reloj de sol

Buzón de montaña

En lo alto de montes y montañas suele haber un «buzón» donde la gente deja mensajes escritos, sean montañeros, montañistas, excursionistas aficionados o aspirantes a cabras montesas como yo. Lo vi en la subida al pico de la miel y lo he visto hace unos días otra vez. En el pico anterior me pilló desprevenido y no llevaba ni boli ni papel, esta vez iba convenientemente pertrechado y allí quedó un recuerdo de JC, el de vamosacantabria.com.
Buzón de montaña
¿Le suena a alguien donde puede estar ese buzón? Si no lo sabéis, dentro de unos días habrá respuesta porque el sitio bien se merece un par de entradas.

Palabras de piedra

Tras subir en el teleférico y emprender la marcha hacia Cabaña Verónica, en un prado que queda a mano izquierda vi que debe ser costumbre utilizarlo para situar piedras formando letras, palabras o símbolos. Si alguien duda que los seres humanos tenemos necesidad de comunicarnos, ahí está la verificación empírica.
Palabras en la hierba I
Nombres, la palabra Málaga, simbolitos y mensajes tan curiosos como este: Carmen se siente feliz. Pues mira, me alegro, yo también estaba muy feliz ese día. Luego vino lo de subir, subir, subir más, cansarme un montón, sudar la gota gorda y bueno, ya no tan feliz.
Palabras en la hierba II
No es esta una costumbre en exclusiva de los Picos de Europa. Hace un par de años lo vi en otro lugar: en la playa principal de Niza, que estéticamente será preciosa pero menudos pedruscos tenía en vez de arena.
Playa de Niza
Vean ustedes cómo está claro que por aquí ha pasado un profesional del lenguaje…
Palabras en la playa de Niza I
Palabras, frases, símbolos, uans piedras coloradas por ahí por medio que no sé si querían decir algo en especial, etc. En una esquina la toallita doblada con un plato encima y el que quiera contribuir, que contribuya así me paso unas buenas vacaciones en Niza a coste cero. Si señor, eso es tener mentalidad emprendedora hasta para el ocio.
Palabras en la playa de Niza III

El ancla ferrolana

Llegados a Ribadesella, además de la playa, el centro de la ciudad y el puerto donde están la mayor parte de sidrerías, merece la pena irse hasta la esquinita de la punta de enfrente de la playa, un trozo de paseo que acaba en esto que véis aquí. No está borroso, no, es que empezaba a entrar la bruma y donde antes había un día de sol precioso nos encontramos súbitamente con un paisaje londinense bien fresquito.
Esquina de Ribadesella
Este es el muro situado a la izquierda de todo en la foto anterior. Lugar ideal para ponerse frente al mar y respirar aire puro, perder la vista en el horizonte y despejar la mente. Los que tengan, claro, a mi ya no me afecta.
Muro en la punta de la esquina
A la derecha de ese muro un pequeño caminito de cinco metros lleva hasta unas vistas de acantilado que no me quiero ni imaginar cómo debe ser cuando haya algo de mar revuelta, las olas entren por esta abertura y rompan contra la roca directamente. La única pena es que la posición del sol fastidia todas las fotos al llenar el paisaje de sombras, pero bueno, quede aquí la constancia del lugar.
Acantilado a la derecha
A la izquierda un pequeño muro hecho por el hombre cierra la salida del agua y crea una pequeña piscina en la roca que no sé para qué será, porque como cetárea o criadero le veo escaso futuro al quedar cubierta por el mar cuando sube la marea y como piscina tampoco lo tengo muy claro por su escaso calado.
Recinto cerrado en el acantilado
Justo delante de las dos casas que hay en ese muelle se puede ver un ancla sobre un pedestal con forma de proa, es el «monumento al marino».
Ancla sobre pedestal
Dos placas hay en el monumento, la primera con una poesía de Alfonso Camín, el nombrado «Hijo Predilecto y Poeta de Asturias» en 1981.
Poema en el pedestal del ancla
En la segunda placa, mira tú, otro elemento procedente de Galicia como yo. Un ancla que salió de Ferrol hace diecisiete años para establecerse en Asturias.
Origen del ancla
En fin, que si tenéis un domingo sin plan no es mala alternativa pegarse un saltito hasta Ribadesella, pasear por sus calles, ver esta esquinita del pueblo, comer en una sidrería, cruzar a la otra orilla para ver su playa y acercarse al Mirador del Fito antes de volver. Una jornada completita e ideal para desconectar totalmente. Ah, si alguien me va a decir que falta la Ermita de la Guia ya lo sé y no tengo perdón por no haber subido aún. Para la siguiente visita se queda.

Lenin en el palco de música

En medio de los jardines de Pereda hay el típico palco donde muy de cuándo en cuándo toca alguna banda de música y poco más uso le he visto, salvo los niños para jugar y algún que otro «espabilado» que carga el móvil en unos enchufes de la parte de detrás.
Palco de música en Santander
Como uno es como es y la curiosidad le puede, tras las obras fui a echarle un ojeada de cerca para ver si tenía algo destacable. Y lo tenía, en la parte que da hacia el edificio del Banco de Santander encontré un busto que me hizo pegar un respingo… ¿será posible que hayan puesto una estatua de Lenin aquí?
Busto de Ramón Sáez de Adana
Porque parecer, no me negaréis que se parecen un poquitito bastante, con esa barba y esa calva…
Foto de Lenin
Pero no. Nada como leer los cartelitos para informarse, y en esa placa de la parte inferior figura una dedicatoria de la ciudad de Santander a su hijo adoptivo el maestro Ramón Sánchez de Adana. Señor Google, señor Google, ¿qué me puede contar? Que fue un compositor, director y docente nacido en Vitoria en 1879, pero que en 1902 se fue a Castro Urdiales como director de la Banda Municipal de Música, montó una escuela de música gratuita donde estudió Ataúlfo Argenta y desde 1921 vivió en Santander donde pasó treinta años como director de la Banda Municipal, fundador de la Coral de Santander, creó otra escuela de música que se convertiría en el Conservatorio y así seguido hasta 1958 en que se murió tras toda una vida dedicado a la música. Hala, ya conocéis otro santanderino (adoptivo) ilustre.

La pérdida del Ego

Tranquilos, que no os voy a echar un rollo filosófico freudiano sobre el ego, el super-ego y la abuela del ego. Hoy va a la cosa de calles y palabras. Estos días son muchos los que hablan o hablarán sobre la peatonalización de la calle Rubio, la calle donde está el Museo de Arte Contemporáneo de Santander (MAS). De ser la típica calleja estrecha con tráfico, coches aparcados por todos lados, aceras enanas y pocas ganas de pasar por ella, fijaros en lo que se ha convertido.
Calle Rubio reformada
Lo más llamativo son las baldosas de colores distribuidas acá y allá en medio, pero con una franja enorme justo delante del MAS.
Baldosas de colores en el suelo I
La franja se extiende alrededor del edificio y continúa subiendo toda la calle Gravina, peatonalizada también.
Baldosas de colores en el suelo II
Esto es en lo que se fijará la mayor parte de la gente. Como un servidor recordaba que en la fachada del MAS estaba la palabra EGO del Desvelarte 2013 fui a ver qué tal seguía. Seguía, esa es la palabra que mejor describiría el asunto. Seguía… porque ya no sigue.
Lateral del MAS
Y esta es la muestra más clara y evidente que estuvo pero ya no está, las huellas del desconchón en la pared después de que alguien se lo haya llevado. Una más a la lista de las palabras desaparecidas, primero fui buscándolas a lo largo de todo Santander y mostrándolas, ahora poco a poco voy mostrando su triste desaparición a cuentagotas.
Aquí estaba el Ego
Haciendo una recopilación, «Flota» duró poco tiempo al estar en el mar, «Mulier» se fue cuando reformaron la peluquería de Alex Arroyo, «Respira» llegué tarde y no la vi, a «Galaxia» se la llevó el oleaje, «Viva» desapareció con el repintado de la caseta de los prácticos del puerto y ahora «Ego» se ha ido con la peatonalización. Quedan veintiuna. A ver por cuánto tiempo.

Claustro e iglesia de Santillana (II)

Paseando por el claustro de la colegiata de Santillana del Mar me había quedado en la entrada anterior, y paseando por el claustro empezamos esta. Con lo que me gustan los canecillos y mira tú qué exposición más completa tienen aquí dentro.
Piedras y figuras talladas
No sé porqué… pero me encantan. Será porque cada uno es diferente al anterior y de todos sacas una historia. Este por ejemplo, un lobo comiéndose la cabeza de un paisano que, a juzgar por su cara, poca gracia le hace el asunto.
Figuras talladas I
Otro más, no sé bien si es un hombre tocando el arpa o el arpa se ha caido y ha encajonado al pobre músico contra la pared.
Figuras talladas II
Debían ser épocas de hambre aquellas en que hicieron los canecillos, ¿cómo si no se explica lo de este hombre comiéndose su propio pie?
Figuras talladas III
Así que ya véis por dónde viene mi afición a canecillos, gárgolas y toda estatua poco convencional. Seguí caminando por el claustro, ojeando otras cosas hasta que una hilera de sarcófagos me dirigió hacia una puerta abierta a través de la cual se entra a la iglesia. Allá vamos.
Entrada a la iglesia
Pedazo retablo tienen en el altar principal, repleto de dorados y figuritas. En las columnas, por la parte de arriba, dos filigranas de forja con dos estrellas y dos muñequitos sentados en la punta.
Altar y retablo de la iglesia
Delante del altar encontramos la tumba de Santa Juliana de Nicomedia, la pobre turca que se apuntó al cristianismo así que su señor padre se mosqueó, la torturaron y dado que no quería renunciar, optaron por cortarle la cabeza. Para que se quejen los niños de ahora si les cae una bofetada cuando hacen alguna faena, menuda se las gastaban por aquellos entonces. Los restos de Santa Juliana parece ser que fueron a parar a Cantabria hace mil años y donde fueron enterrados pasó a ser Santa-Iuliana primero y Santillana después. Del mar, más concretamente.
Tumba frente al altar
¿Véis porqué ando siempre tan atento a canecillos, columnas y esquinas? ¿A quien se le ocurriría poner dentro de una iglesia un muñeco echándonos la lengua por debajo de una barandilla?
Detalle de la columna
En una estancia aparte se pueden ver (pero de lejos, que hay verja por medio aunque no salga en la foto) un montón de asientos y un par de libracos sobre sus atriles correspondientes, de esos libros antiguos con páginas de pergamino que si me descuido sólo se ven en lugares como éste.
Libro en exposición
Dentro de unos días veremos otra serie de detallitos en la tercera y última entrada, hasta entonces que ustedes todos se lo pasen bien.

Aquí se pesca de todo

Al hilo de lo que comentaba el otro día sobre mis problemas visuales para distinguir un sofá de una placa de mármol, en Ribadesella tuve un segundo episodio de la misma serie. De lejos vi unas cajas (las típicas que usan en los barcos para llevar pescado) con algo oscuro sobresaliendo. ¿Qué peces serán? ¿Rodaballos? ¿Besugos? ¿Atunes? Me acerco… huy no, estos son de otra raza y ya puedes tenerlos horas al fuego que no reblandecen. Es más, ni las gaviotas les meten el pico. Señor oculista, vaya dándome cita que ahí va Rompetechos…
Cajas de pescado

Vuelta a los cementerios (II)

Tras la primera aproximación al cementerio de La Cavada vamos con la segunda y última dedicada a los aspectos más tétricos, oscuros y truculentos del lugar. Aunque no lo parezca, tranquilos señores y señoras, pueden dejar que sus niños se acerquen a mi que ni me los voy a comer ni les enseñaría a rayar el parqué del salón pintando pentáculos en rituales satánicos con los que pedirle la PS5 o la Xbox 420 a Belcebú, señor de las tinieblas.

Caminando a solas por las calles del cementerio encuentro una construcción en el centro. Parece ser la típica capilla donde se celebran los actos religiosos de los entierros.
Casa en el interior del cementerio
Pero hete aquí que esa capilla tiene un par de adosados en cada lateral. El primero es la «sala de autopsias», con puerta cerrada pero con barrotes que permiten ver el interior. Allá me voy a ver si están autopsiando alguien en vivo y en directo.
Sala de autopsias I
No parece ser el caso, salvo que a las puertas viejas también les hagan la autopsia. Mala suerte para mi y para el espectáculo. Media vuelta y a ver qué hay por el otro lado.
Sala de autopsias II
Ni más ni menos que un depósito de cadáveres, alucino porque es una diferencia tremenda con lo que hay hoy en día, donde las salas de autopsias son frías, asépticas y con mucho acero inoxidable. Ah, creo que nunca lo conté, es que tenía un conocido que trabajaba en un cementerio gallego y me había enseñado una. Sin inquilino en ese momento, todo sea dicho. Aquí pasaba lo mismo y el depósito de cadáveres estaba totalmente vacío.
Depósito de cadáveres
Cerca pude ver otra tumba de esas que me llaman la atencion, porque habitualmente son lápidas tamaño normal o doble, como en este caso, colocadas sobre una base pero aquí además se puede ver una apertura con enrejado a ras de suelo.
Tumba con portilla
Y esa apertura lleva nada más y nada menos que a un sotanillo en bastante mal estado, con mucha humedad, en el que hay varias tumbas en los laterales, o eso creo distinguir. No parece muy sencillo el acceso ahí abajo. Una vez abierta la reja de entrada, con esas dimensiones mínimas habría que entrar a gatas y malamente, normal que esté el interior poco cuidado porque a ver quien es el que pasa ahí unas cuántas veces al año para limpiar y arreglar.
Bajada al sótano
Poco más que comentar del lugar. Ni vi tumbas con bicicletas, ni los nichos tenían especial interés, ni tumbas de famosos, así que otro cementerio que pasa a la lista de los «sin pena ni gloria».

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